Albita, una anciana de 74 años que dieron por muerta pero estaba viva

A su familia le dijeron que estaba muerta, pero en realidad se equivocaron en el hospital y les entregaron el cadáver de otra mujer
Albita regresó de la muerte
 

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Una anciana de 74 años que había sido reportada muerta por el coronavirus fue encontrada viva en un caso de identidad equivocada que da cuenta del caos que reina en Ecuador por causa de la pandemia de Covid-19.

A la familia de Alba Maruri le informaron de su muerte el mes pasado y esta decidió cremar lo que le dijeron eran sus restos.

Pero Maruri en realidad estaba viva. Su familia lo descubrió el jueves cuando la mujer despertó de un coma de tres semanas y les pidió a los médicos del hospital de Guayanquil donde estaba internada que por favor llamaran a su hermana.

Ecuador ha sido duramente golpeado por la pandemia: las cifras oficiales hablan de más de 22 mil casos y casi 600 muertos, pero las autoridades han admitido que el número real de víctimas podría ser varias veces mayor.

Y la Sra. Maruri vive en la ciudad de Guayaquil, el epicentro del brote de Covid-19 en el país sudamericano.
Según los reportes de la prensa local, la Sra. Maruri ingresó en el hospital Abel Gilbert Pontón de Guayaquil en marzo pasado con fiebre alta y dificultades respiratorias.


El 27 de ese mes sus familiares fueron notificados de su fallecimiento y también se les mostró un cadáver en la morgue del hospital, pero tuvieron que mantenerse a distancia debido al miedo al contagio.

“Estaba a un metro y medio de distancia. Tenía el mismo cabello, el mismo tono de piel”, explicó su sobrino, Jaime Morla.

Un equipo del hospital visitó la casa familiar para disculparse y explicó que el hospital había estado en caos en ese momento debido a la cantidad de casos y muertes por coronavirus.

“Es un milagro. Durante casi un mes pensamos que estaba muerta. Imagínense”, dijo Aura. “Y ahora tengo las cenizas de otra persona”.

La familia dice que quiere que las autoridades les compensen por la confusión y les reembolsen el costo de la cremación. A Maruri también tuvieron que comprarle un colchón nuevo porque su familia había tirado el viejo.

 

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