¿Quiénes forman y cómo funciona el Colegio Electoral de EEUU?

Desde activistas a grandes personalidades de la política: casi cualquier persona puede ser parte del Colegio Electoral, una institución que data de finales del siglo XVIII
 

Reproduce este artículo

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se celebraron hace cinco semanas, pero los votos que van a ungir oficialmente al próximo presidente en realidad se emiten este 14 de diciembre.

Cuando los estadounidenses acuden a las urnas en las elecciones presidenciales no votan directamente por el próximo presidente, sino por un grupo de 538 “electores” que conforman el Colegio Electoral.

Estos electores emiten su voto después de que los 50 estados y el Distrito de Columbia han certificado sus resultados electorales.

La Constitución de Estados Unidos solo establece que no pueden ser electores los miembros del Congreso ni otras personas que actualmente ocupen cargos federales. Eso significa que pueden ser políticos retirados, funcionarios estatales y locales, activistas y personas con una conexión personal o profesional con el candidato.

Por ejemplo, el expresidente Bill Clinton fue elector y emitió un voto favorable a su esposa, Hillary, en 2016. Donald Trump Jr. También lo fue ese mismo año y voto por su padre.

Cada estado tiene tantos electores como legisladores en el Congreso de Estados Unidos (representantes en la Cámara y el Senado), lo que tiene que ver con el tamaño de su población.

En los meses previos al día de las elecciones, cada partido político con un candidato en la boleta presidencial elige o nomina a sus propios electores, según las reglas definidas por cada estado. Y el partido que gana el voto popular en un estado es el que se encarga de designar a los electores.

Los electores están llamados a formalizar el voto de su estado, por lo que generalmente son fieles partidarios del partido ganador. De hecho, ya le prometieron su apoyo a un candidato determinado y casi siempre votan como lo prometieron.

Pero esto cambió en 2016, cuando un número histórico de los llamados “electores infieles” —siete en total— votaron por candidatos distintos a los que se habían comprometido a apoyar: cinco se volvieron contra Clinton y dos contra Trump.

Fue la primera elección desde 1948 que contó con más de un elector infiel. Desde entonces, los estados han buscado fortalecer sus reglas contra los electores infieles, presionando leyes para eliminarlos y retirar sus votos si no votan como prometieron, una medida respaldada por la Corte Suprema de Estados Unidos.

Este año, si los electores votan en función de los resultados certificados por sus estados, le darán a Joe Biden 306 votos y a Donald Trump 232, oficializando así la victoria del candidato demócrata. Y eso significa que el resultado no debería cambiar incluso si hay un par de sorpresas.

La electora más famosa de este año es Hillary Clinton. La exsecretaria de Estado y ex primera dama perdió las elecciones presidenciales de 2016 ante Trump.

Clinton se ha pronunciado a favor de la abolición del Colegio Electoral, argumentando que los presidentes deberían ser seleccionados por votación popular. En 2016, fue derrotada en el Colegio Electoral a pesar de obtener casi tres millones de votos más que Trump.

Pero al anunciar su participación en el Colegio Electoral de este año, Clinton dijo que sería “muy emocionante” votar por Joe Biden y Kamala Harris como próximos presidente y vicepresidente de EEUU.

Personas de cualquier origen social forman parte de esta peculiar institución político, cuyo origen se remonta a la Constitución de 1783 y que fue ideada por los Padres Fundadores para contener lo que imaginaban eran los “excesos de la democracia”.

Khary Penebaker es padre de tres hijos, presidente de una pequeña empresa y orgulloso demócrata. Este año será uno de los 10 electores del estado de Wisconsin que emitirán su voto en el colegio electoral por Biden y Harris.

Penebaker es uno de los dos electores negros de su estado y está emocionado por la perspectiva de Kamala Harris como vicepresidenta.

“Las personas de color no queremos ser vistos como el enemigo. Con nuestra primera vicepresidenta negra, tenemos a alguien que puede vernos como iguales y como seres humanos”, dijo.

Mientras, Naomi Narvaiz es madre de cinco hijos, activista comunitaria y republicana acérrima. Será una de los 38 electores del estado de Texas que votarán por el presidente Donald Trump y el vicepresidente Mike Pence.

Además de ser funcionaria del Partido Republicano en Texas, Narvaiz ha participado activamente en su comunidad en varios niveles, desde el consejo asesor de salud de su distrito escolar hasta la comisión de asuntos éticos de su ciudad.

Texas es uno de los 17 estados que no obliga a sus electores a votar por el ganador del voto popular del estado. De hecho, dos tejanos figuraron entre los siete electores infieles en las elecciones de 2016, cuando votaron por los ex candidatos presidenciales John Kasich y Ron Paul.

Narvaiz, sin embargo, dice que su apoyo al presidente Trump es sólido como una roca: “quería asegurarme de que nuestro distrito del Congreso estuviera bien representado y que tuviéramos un elector fiel para votar por el presidente Trump, y sabía que esa persona sería yo”.