El gobierno colombiano ofreció este sábado cerca de 795 000 dólares de recompensa a quien ofrezca información que conduzca a la captura de los responsables del ataque el viernes contra el helicóptero de la Fuerza Aérea en el que viajaba el presidente Iván Duque, perpetrado cerca de la frontera con Venezuela.
“Se ofrece una recompensa de hasta 3 000 millones de pesos para aquella persona que permita dar con los responsables de este atentado terrorista”, anunció el ministro de Defensa de la nación sudamericana, Diego Molano, en un video dirigido a los medios de comunicación desde la ciudad de Cúcuta, en Norte de Santander.
Molano y el ministro del Interior, Daniel Palacios, iban a bordo de la aeronave junto a Duque. Habían viajado la víspera a Sardinata, en la convulsa región del Catatumbo, para participar en un acto de Gobierno junto al gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano.
El atentado se produjo cuando regresaban a Cúcuta para desde ahí retornar a Bogotá. Según informó el director general de la policía, general Jorge Luis Vargas, los disparos contra el helicóptero se produjeron desde un barrio de esa misma urbe, cercano al aeropuerto de donde despegó la aeronave presidencial.
Se desplegó un equipo de búsqueda sobre ese sector y fueron encontrados dos fusiles: un AK-47, cuyo número de registro está siendo investigado, y otro calibre 7-62, tipo FAL, con marcas de las fuerzas armadas de Venezuela. También se encontraron 20 vainillas percutidas, 14 pertenecen preliminarmente al fusil FAL y seis al AK-47, detalló Vargas.
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Todos los tripulantes salieron ilesos del incidente, que causó daños a la aeronave. Imágenes divulgadas por la presidencia muestran varios impactos de bala en la cola y la hélice principal, un claro intento de atentado que ya ha sido condenado por gran parte de la comunidad internacional e, incluso, opositores colombianos al gobierno de Duque.
La región del Catatumbo es una de las zonas con más narcocultivos de Colombia, país que es el principal exportador de cocaína.
Disidentes de las FARC, militantes del ELN y otros grupos armados se disputan las ganancias del narcotráfico en la zona, que tiene 2 200 kilómetros de frontera con Venezuela.
El 15 de junio, un coche bomba estalló dentro de una instalación militar de Cúcuta donde había soldados estadounidenses que asesoran a sus homólogos colombianos en la lucha contra el narcotráfico.
Bogotá responsabilizó al Ejército de Liberación Nacional (ELN), última guerrilla reconocida en el país, y que esta semana anunció cambios en su liderazgo, pero señaló que detrás del ataque, que dejó 36 heridos, puede haber también disidentes de las FARC que se apartaron de los acuerdos de paz firmados en 2016, en La Habana.