Decenas de manifestantes que reclaman justicia en el caso del abogado Javier Ordóñez, que murió tras ser víctima de la violencia policial durante un arresto en Bogotá, se enfrentaron este miércoles con la Policía en la calle donde estuvo detenido antes de ser llevado a un hospital.
Al grito de "asesinos, asesinos", unas 300 personas, en su mayoría jóvenes, lanzaron piedras, pintura y otros objetos contra el Comando de Acción Inmediata (CAI) del barrio Villaluz, en el oeste de Bogotá, al que estaban asignados los dos policías implicados en el hecho.
Los manifestantes atravesaron ramas de árboles en la vía pública y algunos usaron las patinetes en las que llegaron hasta el lugar para golpear los vidrios del cuartelillo policial mientras un escuadrón antimotines intentaba poner orden en la situación.
En medio de la agitación fue incendiada una motocicleta y atacado un vehículo del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía General, que es la encargada de esclarecer los hechos que condujeron a la muerte de Ordóñez.
El abogado, de 46 años y padre de dos hijos pequeños, falleció en una clínica a la que fue trasladado luego de que dos policías lo doblegaran con brutalidad y el uso prolongado de pistolas eléctricas Táser en frente del edificio donde vivía.
El caso ha causado profunda indignación en Colombia por la brutalidad de los agentes en este episodio, muy similar al del afroamericano George Floyd, que en mayo pasado fue estrujado por policías de Minneapolis (EE.UU.) y murió horas después en un hospital.
"Por favor, ya", "agente, le ruego", se le escucha decir a la víctima, ya inmovilizada en plena calle por los dos policías que intentaban arrestarlo después de un altercado, al parecer por estar bajo los efectos del alcohol.
Las imágenes, que estremecieron a los colombianos, fueron grabadas por testigos del abuso policial que incluso le pedían a los agentes que no le causaran más daño a la víctima, sin obtener respuesta.
La manifestación de esta tarde en Villaluz fue convocada en las redes sociales por personas que pedían ir de manera pacífica hasta el CAI del barrio para exigir justicia, pero la situación pronto se salió de control.
Los desórdenes obligaron a los comerciantes del barrio a cerrar sus negocios y la Policía envió el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) para restaurar el orden.