En este período de cuarentena, hemos presenciado diversos capítulos de cómo la pandemia ha hecho que el mundo entre en una recesión económica, incluyendo a la economía subterránea, que son aquellos mercados ilícitos como el narcotráfico.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), desde que comenzó el cierre de fronteras, se ha presentado una caída en el tránsito de sustancias como la cocaína, fentanilo, metanfetamina y heroína, entre la frontera de México y Estados Unidos.
Otro proveedor muy importante de la cocaína para norteamérica, Colombia, tuvo una reducción cerca del 50%, pasando de exportar 5,8 toneladas en febrero a 2,9 toneladas en marzo.
Esto no se debe solo al cierre de fronteras; dentro de cada país, el aislamiento obligatorio ha generado varios efectos en los precios de las drogas sintéticas como el fentanilo y la metanfetamina, frenando la cadena de producción desde los insumos importados de otros países como China. En algunas ciudades, como en Los Ángeles, el precio de metanfetamina ha duplicado su valor a mil ochocientos dólares (USD $1.800) por libra.
Los narcotraficantes no se detienen y aprovechan cualquier oportunidad para mover las drogas en medio de la pandemia, se han aprovechado de la vulnerabilidad de algunos habitantes venezolanos para transportar cerca de 50 kilos de marihuana en diferentes modalidades, pero que han sido operaciones frustradas por la Policía Nacional y dejando un saldo de 12 mujeres capturadas.
Otro caso, un hombre que pretendía llegar a Cali desde el departamento del Cauca, fue capturado por transportar 255 kilogramos de marihuana de alta calidad, haciéndolas pasar por legumbres.
Hasta la fecha son más de cien los capturados por aprovechar las excepciones emitidas por el gobierno frente a la movilidad de camiones y camionetas, decomisando más de 55 toneladas de droga en lo corrido del año.
El movimiento de las drogas no es el único problema que enfrenta los narcotraficantes, tras la cuarentena, el cierre de negocios y de comercio ha dificultado el lavado de activos, para llevar el dinero a la economía.
Para expertos sobre narcotráfico en Colombia, determinan que el problema no solo está en la producción, sino en el almacenamiento que queda en cada nodo de la línea de comercialización, ya que el tiempo promedio entre la producción de un kilogramo de cocaína y la distribución en las calles de los Estados Unidos o Europa, es de hasta tres años.
La pandemia está ayudando a combatir el narcotráfico, pero los grandes cárteles son organizaciones criminales muy bien estructurados, que constantemente se están reinventando para mover sus drogas, pero la respuesta por parte de los grupos contra narcóticos deben ser igual de flexible, para que esta ventaja generada por la pandemia sea provechosa para ganarles esta guerra.
