Delicias castristas: empresa del régimen produce jamón usando harina de yuca

La Empresa Cárnica de la provincia cubana de Cienfuegos sustituye la harina de trigo en sus producciones y elabora un jamón “usando harina de yuca o de arroz, así como maicena”, informó el periódico oficial de ese territorio.

La escasez de insumos y materias primas de todo tipo ha sido una situación constante en Cuba durante décadas de régimen comunista, pero en los últimos tres años se ha caído a fondos solo comparables con los de la crisis ocurrida en la década de los 90, cuando la desintegración de la URSS dejó a Fidel Castro sin sus generosas ayudas.

Al mismo tiempo, los medios de propaganda del Gobierno cubano publican notas que resaltan las supuestas “soluciones” que dan sus empresas a los problemas cotidianos, como la enclavada en el municipio cienfueguero de Palmira y perteneciente a la Industria Alimentaria.

A tono con esto, el periódico Cinco de Septiembre, del Partido Comunista en Cienfuegos, destacó las palabras del operario Luis Jiménez Marrero: “Mediante las mezclas de los ingredientes [trabajadores de la Empresa Cárnica] responden a las actuales necesidades de nuestro país, y en este caso, al déficit de harina de trigo, cuyos estudios están en proceso teniendo en cuenta la durabilidad de los productos que sustituyen importaciones”.

Jiménez Marrero asegura que, ideando mezclas improbables para producir embutidos, tienen “buenos resultados y estamos esperando que las cosas salgan mejor”.

El operario atribuye el hecho de que su centro laboral continúe produciendo a “la inventiva de un grupo de trabajadores de la Empresa. Somos cuatro compañeros, siempre buscando alternativas, según las prioridades, encaminadas a que la industria no se detenga y siga desarrollándose”.

El jamón con harina de yuca y otras producciones son distribuidos en centros recreativos y se venden para el consumo del pueblo en saladitos o bocaditos, “con buena aceptación”, según el periódico del régimen.

La Empresa Cárnica de Cienfuegos pretende sustituir las importaciones de embutidos en lascas que entran al país procedentes de España e Italia.

“En estos momentos (…) logramos obtener esos productos en pequeños formatos, lasqueados, que es fácil para el consumo: abres el paquete, sacas la lasca, se la pones al pan y ya estás merendando”, dijo Luis Jiménez Marrero. Pero olvidó que en Cuba tampoco está garantizado el pan.