En 2016, el reguetonero boricua Daddy Yankee confesó ante las cámaras del programa Al rojo vivo que había sido diagnosticado con prediabetes. “Estoy luchando con todo esto dentro de mi cuerpo”, dijo el cantante.
Ramón Ayala Rodríguez, como se llama realmente el reguetonero puertorriqueño, también contó que siempre había padecido mareos y “sentía ganas de colapsar”. “No entendía nada. Después de muchos estudios me dijeron que esto era serio”, aseguró.
Tras presentar síntomas y tener que suspender un concierto en Cali, Colombia, Yankee se sometió a los exámenes que confirmaron su enfermedad. Tras el diagnóstico, confesó que comenzó a seguir “una dieta rigurosa” para bajar los niveles de glucosa de su sangre.
Se trata de prediabetes porque en este caso el paciente no llega a alcanzar los niveles de glucosa característicos de la diabetes. Quienes padecen esta enfermedad tienen más posibilidades de llegar a sufrir padecimientos del corazón y derrames cerebrales. También podría desarrollar diabetes tipo dos, que representa el 90% de los casos de diabetes en el mundo.
De acuerdo con la Asociación Americana de Diabetes, no todas las personas con prediabetes desarrollan diabetes. “Muchas sí, si no hacen cambios en su estilo de vida”, aseguran, no obstante, los especialistas.
“Esto no significa que usted falló. Y gracias a lo que usted ha aprendido podrá manejar mejor su diabetes”, agregan los médicos. Las personas con diabetes tipo dos no producen la cantidad suficiente de insulina o, en cambio, su organismo no puede usarla adecuadamente.
Tras su diagnóstico, Daddy Yankee también contó que estaba siguiendo al pie de la letra las recomendaciones de sus médicos para superar el padecimiento “y, así, seguir deleitando con su música a los seguidores”.
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“Estoy luchando con todo esto dentro de mi cuerpo. Una dieta rigurosa y muchas cosas desconocidas”, dijo.
La prediabetes no apareció de la nada en la vida del reguetonero. Su hija de 22 años ya había sido diagnosticada con el mismo mal. “Yo desconocía lo que era el azúcar hasta que me noqueó. Dije: ‘¡Wow! ¿Qué es esto? ¿Es un chiste? Lo único que me deja tranquilo es que estoy guerreando junto a una de mis hijas, que también padece esta dolencia, y no la dejé sola en la batalla. Tengo una hija con diabetes y otra con hipertensión, pues esto ya es de familia”, lamentó.
