Ariel Ruiz Urquiola debió señalar este 3 de julio las violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el régimen castrista durante 90 segundos corridos en la sede de la ONU en Ginebra, Suiza, pero no pudo hacerlo como había pensado.
Tuvo que extenderse más tiempo a causa de las constantes interrupciones del representante de La Habana y sus compinches de Venezuela, Eritrea y China, quienes boicotearon su presentación.
La voz cantante la tuvo el diplomático cubano, quien interrumpió a Urquiola una y otra vez, con una monserga sobre minuciosas burocráticas y supuestas normas y reglamentos violados por el biólogo y ecologista, al hacer uso de la palabra en ese foro donde debería respetarse la libertad de expresión, como dicen sus estatutos.
¿A quién pertenecía esa voz desacompasada, sin entrenamiento para los discursos públicos, que se escondía tras la mascarilla azul y que estuvo a punto de sacar de sus casillas al opositor cubano? Su nombre es Jairo Rodríguez Hernández.
Según la página web de la Misión Permanente cubana ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, es primer secretario, con responsabilidad sobre los temas que dan nombre a esta dependencia de Naciones Unidas.
Rodríguez es microbiólgo, graduado en el Centro de Estudio de Proteínas, de la Facultad de Biología, Universidad de La Habana. Se desempeñó también como profesor de su disciplina.
Para hacerse diplomático, cursó estudios en el Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI), donde se forman los diplomáticos cubanos y una cantera para los servicios de inteligencia del régimen, que allí reclutan a futuros espías, como los famosos “Cinco Heróes”, que fueron a Florida a informar sobre las actividades de la oposición radicada allí.
En su página de Facebook hay pocos mensajes de texto, pero abundantes señales de quién es y lo que piensa —o dice pensar—. Fotos del dictador Fidel Castro, consignas revolucionarias, imágenes de desfiles en la Plaza de la Revolución, artículos de Granma y Cubadebate, medios oficialistas.
Rodríguez tiene suficientes méritos para estar en Ginebra, durante las largas misiones que les permiten a los diplomáticos del régimen vivir fuera de la Isla y gozar las delicias del capitalismo desarrollado. En 2008 era vicepresidente de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y un activo propagandista por la libertad de los “Cinco Héroes”.
Como miembro de esa organización supeditada al régimen, formó parte del Comité Internacional encargado de difundir la “verdad” sobre dichos agentes, cuya última consecuencia ha sido una película que desagradó a todo el mundo por su mala factura.
ADN CUBA pudo saber también que cuatro años más tarde, en 2012, Rodríguez se desempeñaba como segundo secretario de la Misión Permanente ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, pero con sede en Nueva York.