El popular youtuber Pedrito el Paketero, en colaboración con ADN CUBA, salió a las calles de La Habana a preguntar nada más y nada menos que qué pensaban los cubanos de la pornografía. Las respuestas son impresionantes.
En la zona del Malecón habanero, Pedrito preguntó a hombres y mujeres si permitirían que sus parejas actuaran en películas porno, si les gustaría actuar en el cine para adultos y hasta se atrevió a preguntar a la gente si se habían “grabado teniendo sexo”… Tan sorprendente como las preguntas fueron respuestas: muchos jóvenes y adolescentes reconocieron sin tabúes que consumen porno desde edades tempranas, y otros aseguraron abiertamente que el porno se comparte mucho en la socialización off line, de memoria flash en memoria flash.
Algunos graban sus propias películas y se toman fotos privadas. El porno amateur o “doméstico” existe en Cuba como en todas partes.
Llama la atención que algunos jóvenes dijeron que estarían dispuestos a trabajar en la industria del porno, pero siempre fuera de Cuba. Incluso uno, no tan joven, bromeó sugiriendo que él se dedicaba a esa actividad. “¿De qué tú te crees que yo vivo?”, contestó.
El criterio que prevalece en las entrevistas es que los hombres cubanos consumen más videos porno que las mujeres cubanas. Los hombres “son los más necesitados”, consideró una muchacha sentada en el emblemático muro habanero. “Los hombres son unos pervertidos”, opinó otra.
“Ellas las ven (las películas) escondidas, nosotros las vemos libres…. Nosotros no tenemos tabúes con eso, nosotros lo vemos y lo decimos normal”, dijeron un par de amigos.
Según una de las entrevistadas, la pornografía “no tiene nada que ver con el respeto”. Esto demuestra que el tema, aunque continúa siendo un tabú en muchos sentidos, ha logrado penetrar en la sociedad cubana alejada de la obsolescencia ideológica a que ha estado sometido el país en las últimas décadas.
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En el llamado “mundo occidental”, se consume mucha pornografía y Cuba no escapa al fenómeno, aunque existan leyes que criminalicen la producción y distribución de material considerado “lesivo a la moral socialista”.
Junto a China y muchos países árabes, la isla caribeña, se encuentran entre los estados donde el porno es ilegal. La pornografía, por ejemplo, es una de esas “desgracias capitalistas” que no se quieren en la Isla, de acuerdo con el documento de la declaración de Aduana que deben entregar tanto nacionales como extranjeros al arribar a las fronteras cubanas.
Para la Aduana de Cuba, el porno es tan peligroso como las “Sustancias Ilícitas” y las “Armas de Fuego”.
Quien “produzca o ponga en circulación publicaciones, cintas cinematográficas, etc., que resulten obscenos o tendentes a pervertir y degradar las costumbres” en la Isla, puede ser sancionado incluso con un año de privación de libertad, de acuerdo con el Código penal vigente. Sin embargo, no abundan las denuncias públicas en ese sentido, lo que puede indicar que, hasta el momento, no parece que las autoridades cubanas persigan el consumo de pornografía.
El 2017 el consumo de contenidos porno en Cuba creció hasta cerca del 80%, solo en la plataforma PornHub, una de las líderes de ese mercado en el mundo. Según estadísticas publicadas por la compañía, ese incremento solo se basó en el tráfico procedente de teléfonos móviles.