El Partido Comunista y el Caracol Africano infectan los tejidos de la nación

El caracol africano, considerado una de las 100 especies exóticas más peligrosas del mundo, ha invadido todos los rincones de Cuba.
El partido comunista y el caracol africano, infectan los tejidos de la nación
 

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Cuba está a las puertas de una nueva batalla. En esta ocasión no será contra una potencia extranjera, ni contra un ejército invasor, ni siquiera contra la pobreza, la miseria y la necesidad. Es una guerra más lenta, un combate desigual contra un igual, porque ambos, Cuba y su enemigo, arrastran algo muy nocivo. La isla se enfrenta ahora al caracol gigante africano.

El caracol africano, considerado una de las 100 especies exóticas más peligrosas del mundo, ha invadido todos los rincones de la isla. Sólo se sabe que su concha “puede alcanzar los 20 cm. Es un animal omnívoro y hermafrodita y se reproduce a gran velocidad. Llega a poner 1 800 huevos por año, por lo que produce graves efectos en el ecosistema”.

Según las más recientes noticias llegó ya a Pinar del Río, la provincia más occidental. Se reproduce a una velocidad de vértigo. Y por donde pasa va dejando su huella de enfermedad y muerte. Eso lo asemeja un poco al PCC: baba y confusión.

Lo de la confusión es porque la batalla de todo el pueblo será, por primera vez, responsabilidad única de los cubanos. La doctora Carilda Peña García, directora de vigilancia y lucha antivectorial del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) ha declarado que ni soñarlo, que la gente lo tendrá que hacer por su cuenta, porque: “Hoy no existe un cuerpo, ni de salud, ni de la agricultura para el control de esa plaga (...) se necesitarían miles de personas para hacer la campaña".

Es decir, que enfrentar y vencer al caracol gigante africano será un reto, como derrotar al imperialismo, y una de las pocas variantes del cuentapropismo admitidas por el gobierno cubano. 

Pero hay datos imprecisos en torno al enemigo a enfrentar. El primero es ¿quién lo introdujo en Cuba? Está demostrado que no fue la CIA, ni alguna organización opositora. “Se cree que fue introducida en Cuba para su utilización en ritos afrocubanos. Aunque no puede demostrarse, sí es seguro que fue por acción humana”. Lo segundo es que, según la doctora Peña García “No todos los caracoles son el gigante africano”. 

 

 

 

Entonces ¿Quién se encargará de confirmar si es el caracol malo o si es uno inocuo? ¿Quién se hará cargo de capturar a algún ejemplar, y torturarlo para sacarle información? ¿La PNR? ¿El MININT? ¿El MINFAR?

Aunque se detectó su presencia en el ya lejano año 2014, no ha sido hasta ahora que saltaron las alarmas. ¿Será que el buró político del PCC aún no sabe cómo denominar a este enemigo? ¿Será un insecto o un molusco? ¿Estarán debatiendo todavía si es mamífero? ¿No andará el general Guillermo García averiguando cómo quitarle la baba, como al quimbombó, para aprovechar la gran cantidad de huevos que pone? ¿No irritará al pueblo señalarle a una especie que viene de afuera y anda por ahí libremente con su casa a cuestas? Y un último detalle: el caracol es hermafrodita… ¿No debiera ocuparse Mariela Castro de su control?

Así las cosas, el gobierno hace como Poncio Pilatos y le suelta el muerto al pueblo, confiando en su capacidad para salir invicto de esta nueva batalla. Aunque lo han advertido por valles y montañas, han dicho que es caca y pudiera hacer “yayay”, pues “puede alojar parásitos en los tejidos fibromusculares y en su baba. Estos son causantes de enfermedades en los seres humanos como la meningoencefalitis eosinofílica y la angiostrongialitis abdominal, que pueden llegar a provocar severos problemas en niños, como trastornos psicomotores e incluso la muerte”.

Eso de “alojar parásitos en sus tejidos” me hace pensar en el comité central, en los comités provinciales y municipales y en toda la nomenclatura de las “organizaciones políticas y de masas” que infectan los tejidos de la nación. No me extrañaría que, en esa mentalidad de campamento cañero y de isla militarizada, los jerarcas -que se quedarán en sus casas, por supuesto- convoquen a los cubanos a integrar los batallones de “malacólogos”, que a machete pelao, con palos y piedras, y, sobre todo, con el espíritu revolucionario bien alto afronten el nuevo desafío, porque, en definitiva “somos continuidad”.

Y si resulta que todo es en vano y el pueblo resultara derrotado, y que el caracol gigante africano, en silencio y arrastrándose, fuera imbatible, habrá que irse. Total, los que mandan en Cuba la han llenado de baba durante sesenta años. Y pretender seguir.


*Este es un artículo de opinión. Los criterios que contiene son responsabilidad exclusiva de su autor, y no representan necesariamente la opinión editorial de ADN CUBA.

Escrito por Ramón Fernández Larrea

Ramón Fernández-Larrea (Bayamo, Cuba,1958) es guionista de radio y televisión. Ha publicado, entre otros, los poemarios: El pasado del cielo, Poemas para ponerse en la cabeza, Manual de pasión, El libro de las instrucciones, El libro de los salmos feroces, Terneros que nunca mueran de rodillas, Cantar del tigre ciego, Yo no bailo con Juana y Todos los cielos del cielo, con el que obtuvo en 2014 el premio internacional Gastón Baquero. Ha sido guionista de los programas de televisión Seguro Que Yes y Esta Noche Tu Night, conducidos por Alexis Valdés en la televisión hispana de Miami.

 

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