Atrapados en casa por la pandemia, los cubanos se reúnen por primera vez en años frente al televisor para ver al unísono una telenovela nacional, que ha puesto bajo el foco el abuso sexual a menores y el derecho al aborto en la isla, todo en medio de la redacción de un nuevo Código de Familia.
La popularidad de "El rostro de los días", emitida en el horario estelar de las nueve de la noche todos los lunes, miércoles y viernes en la televisión estatal de la isla, ha sobrepasado a la de la novela extranjera -eternamente brasileña-, que hasta ahora reinaba en las encuestas.
La llegada de los datos móviles hace más de año y medio ha contribuido a que esta "fiebre novelera" se viva en tiempo real en las redes sociales, donde las reacciones y los memes se publican inmediatamente después de cada capítulo o incluso durante la trasmisión, algo inédito en un país que hasta hace poco era uno de los más desconectados del mundo.
Su popularidad ha llegado a tanto que hasta fuera de Cuba se siguen las emisiones en vivo por Youtube, y en los barrios confinados por la pandemia las escenas clave se celebran a gritos. "En mi cuadra se aplaude más a la novela que a los médicos. Es el nuevo fútbol", escribe con sorna un usuario en Twitter.
Lo que destaca en el culebrón criollo -además del maquillaje excesivo a la realidad de los servicios sanitarios de La Habana- es la historia de Lía: una adolescente de 14 años, violada y embarazada por el novio de su madre, un conflicto raramente expuesto ante el gran público televidente en Cuba.
El desenlace de esta subtrama, más que la débil química entre la pareja protagonista, es lo que ha mantenido en vilo a los cubanos.
Hace unos días, el país respiró con alivio ante la esperada confesión: "fue René quien me violó, mamá".
Un capítulo después vino la esperada (y para muchos postergada) decisión sobre si Lía interrumpiría su embarazo, una posibilidad que en Cuba es legal bajo condiciones desde 1936 y que a partir de 1965 se practica gratis, por decisión personal de la mujer y siempre en centros hospitalarios.
UNA REALIDAD QUE COJEA
El gran tema de la novela es la maternidad y la paternidad, desgajado en varias historias en torno a un hogar materno estatal donde en Cuba se interna a las madres que necesitan atención médica o nutricional. El de la novela es "cinco estrellas", comentan en la isla, donde el choteo es la regla.
"Como obra de ficción entiendo que se tome libertades (...) pero hay cosas que refleja muy libremente", insiste la televidente Laura Suárez en Facebook, donde abundan los grupos dedicados a "El rostro de los días", uno de ellos con 204.201 miembros y subiendo.
A muchos cubanos les ha chirriado que en el caso de Lía, una adolescente embarazada por su violador, la opción del aborto solo se haya discutido una o dos veces, muy de pasada, ante el rechazo de una de las directoras del hogar materno, amiga de la familia.
La decisión al final recayó en la niña, que la tomó sin asesoría aparente de los adultos cercanos. Un plano de Lía dolorida caminando por lo que parecía el pasillo de un hospital fue la conclusión sin palabras al conflicto.
Los guionistas de "El rostro de los días" tampoco mostraron el proceso de denuncia a las autoridades y el acompañamiento por parte de la Fiscalía en los casos de abusos a menores, a quienes "siempre se le presta ayuda psicológica, necesaria también para esclarecer los hechos", explica el jurista Danilo González a Efe.
"Este importante paso (el de la denuncia y la posterior investigación) se obvia completamente, es como si no existiera. Un caso de abuso sexual a menores lleva exámenes médicos, procedimientos que en la novela pasan por alto. Hubiera sido bueno que un espacio de tanta audiencia tratara esto más seriamente", enfatiza.
Aunque "eso sí", subraya, hace muy bien en mostrar que el abuso casi siempre sucede en entornos familiares e involucra la mayoría de las veces a personas muy cercanas.
Entre junio de 2018 y mayo de 2019 unos 2.350 menores cubanos fueron víctimas de algún tipo de abuso sexual. De ellos, 1.179 sufrieron "abusos lascivos" y 298 fueron violados, según datos publicados por el diario estatal Juventud Rebelde en un amplio reportaje sobre el tema, a propósito del debate surgido con la novela.
ABORTO LEGAL Y POR ELECCIÓN
Excepto Lía, ninguna de las madres de la novela se ha planteado interrumpir su embarazo. La única que ha expresado dudas fue una mujer negra, miembro de la única familia con problemas económicos en el drama, algo que en las redes también se ha mencionado.
Activistas y televidentes han coincidido en que el mensaje de la novela en este caso es conservador por mucho, en una sociedad donde la mujer está acostumbrada a tener potestad sobre sus acciones y su cuerpo.
Artículos en la prensa estatal y alternativa han cuestionado el tratamiento superficial al tema del aborto, opacado por la revelación de la identidad del violador.
"Es como si tener un hijo fuera el único propósito en la vida, como si las mujeres no tuvieran otra meta. Entiendo que la novela trata sobre la maternidad, pero no estaría mal que alguna hubiera elegido no tener hijos y que eso esté bien", escribe en Facebook una usuaria bajo el nombre de Darling.
La directora de "El rostro de los días", Nohemí Cartaya, se ha defendido argumentando que no pretendían "hacer periodismo" sino una telenovela. "No recreamos 'la' realidad, nosotros recreamos 'una' realidad", explicó en una entrevista reciente.
LIBERTAD QUE HAY QUE PROTEGER
Según datos oficiales, en 2019 se realizaron en Cuba 73.661 abortos inducidos en centros hospitalarios: 39,8 por cada 100 embarazadas. Esta cifra disminuye con relación a los cinco años anteriores, en los que ese indicador no bajó de los 40.
El mayor número de interrupciones de las últimas cuatro décadas se realizó en 1986, cuando se registraron 160.926 procedimientos: 49,1 por cada 100 mujeres embarazadas, según la edición de 2019 del Anuario Estadístico de Salud en Cuba.
A la par, en las escuelas cubanas se imparte Educación Sexual, donde se explican las múltiples complicaciones asociadas a las interrupciones y se han hecho campañas de bien público enfatizando en que "el aborto no es un método anticonceptivo".
Aunque la mayoría de los comentarios sobre la decisión de Lía en "El rostro de los días" han sido positivos, han existido voces en contra que abogan por el derecho a la vida, mayormente católicos y evangélicos, estos últimos con una creciente influencia en la isla.
Estos grupos religiosos fueron los principales opositores a la inclusión en la nueva Constitución cubana de un artículo que abriría la puerta al matrimonio igualitario, acápite que no quedó en la versión final de la Carta Magna, vigente desde 2019.
La discusión sobre los derechos del colectivo LGTBI quedó relegada al 2021, cuando se presente el renovado Código de Familia, que irá a plebiscito para su aprobación, aunque este calendario puede sufrir cambios debido a la pausa en el trabajo legislativo de la isla debido a la pandemia de COVID-19.
Muchos en las redes han expresado preocupación sobre el peligro que presenta el auge de fundamentalismo religioso en Cuba.
"Por nosotros se empieza, lo siguiente puede ser que les quiten a las mujeres el derecho a decidir", advierten activistas LGTBI desde Twitter, ante las noticias de los reveses en algunos países de Latinoamérica, donde el lobby religioso y conservador ha impedido la legalización del aborto.