Nueve balseros cubanos fueron rescatados este sábado por la Policía Municipal de Tizimín, en el estado mexicano de Yucatán (sur), luego de 16 días en el mar intentando llegar a las costas estadounidenses.
Los migrantes, siete hombres y dos mujeres, recalaron en el puerto de El Cuyo y fueron trasladados a la base de la Policía Municipal, donde recibieron atención médica, alimentos, bebidas y suero para superar los problemas de deshidratación que presentaron algunos, según reportó el Diario de Yucatán.
El cuerpo policial de Tizimín recibió reportes en la mañana del sábado sobre la presencia de algunas personas deambulando en la parte posterior del puerto, por lo que dispuso que elementos acudieran al llamado y auxiliaran a los migrantes.
Estos relataron que naufragaron varios días en su intento por llegar a costas de Estados Unidos.
Las autoridades mexicanas los identificaron como José D.F.C., de 21 años; Yuriesky P., de 31; Yonel G.C., de 35; Eliobis E.M., de 41; Yarisleydi P.A., de 19; Raysel C.L., de 20; Eleydis P.V., de 19; Mainier M.M., de 29; y Pedro Q.F., de 32.
Hasta el momento no ha trascendido la provincia de la que zarpó el grupo, que será puesto a disposición de la autoridad migratoria mexicana para que se encargue de su custodia y determine lo conducente.
El presidente municipal de Tizimín, Pedro Couoh, visitó a los migrantes con su esposa y les llevó alimentos y bebidas.
“Lamentamos mucho la situación tan penosa a la que se enfrentan todos los días los cubanos que huyen de las condiciones precarias que se vive en su país en busca de oportunidades de mejorar su calidad de vida”, escribió el político en su perfil de Facebook, donde extendió su solidaridad para los “hermanos cubanos”.
Tras la reapertura de sus fronteras luego de las medidas restrictivas a las que obligó la pandemia de COVID-19, Cuba vive una crisis migratoria de proporciones superiores a otras de su historia reciente por la agudización de la crisis económica y la falta de libertades y derechos en la isla.
Centenares de cubanos se lanzan al mar en precarias embarcaciones buscando llegar a las costas estadounidenses, mientras que miles emprenden la ruta terrestre hacia la frontera sur de Estados Unidos desde Nicaragua, que eximió del requisito de visado a los naturales de la isla el pasado noviembre.
