Un equipo de científicos cubanos y estadounidenses encontró altos niveles de la bacteria Escherichia coli en las aguas de ríos, probablemente resultado del gran número de ganado y el uso intensivo de caballos y otros animales de tiro en Cuba para el transporte y el trabajo agrícola.
El estudio sugiere que la calidad de estas aguas puede mejorarse con acciones que no significarían un alto costo económico ni de tiempo: una mejor gestión permitiría reducir la cantidad de estiércol y de sedimento.
La E. coli es parte de la flora intestinal de animales y humanos y está asociada a varias enfermedades del sistema digestivo y urinario.
Según el artículo, publicado en el sitio The Geological Society of America, esta es la primera vez en 50 años que un equipo de cubanos y estadounidenses se une para cuantificar el impacto de los desechos químicos en la calidad del agua.
Los resultados de la investigación son alentadores, pues demuestran que, a pesar de la explotación que significan la agricultura y otras actividades económicas, estas corrientes no han sufrido un alto impacto de productos bioquímicos, y que la manera en que los agricultores cubanos usan el agua podría dictar modelos para lograr cultivos más saludables.
Para llevar a cabo la investigación se recogieron muestras de 25 ríos de la región central de la isla, muchos de los cuales son fuente de agua para la agricultura y también para las zonas forestales.
Según los resultados de la investigación, alrededor de los años 80, y debido al fin del campo socialista en Europa, Cuba perdió el acceso a fertilizantes, pesticidas y equipo pesado, y fue necesario adoptar un enfoque más ecológico.
La conclusión del estudio es que los ríos de Cuba tienen que agradecer a la agricultura ecológica que sus aguas sean más limpias. Los expertos encontraron niveles mucho más bajos de contaminación por fósforo y nitrógeno en los ríos cubanos que en los de Estados Unidos, donde la agricultura intensiva y el uso de fertilizantes químicos están muy extendidos.
El equipo estadounidense-cubano escribe que estos datos recientemente informados sobre los bajos niveles de contaminación de nutrientes encontrados en veinticinco ríos cubanos, sugieren los beneficios que propició el paso en Cuba a la agricultura de conservación después de 1990, lo que significaría también que proporcionan un modelo para una agricultura más sostenible en todo el mundo.