La dictadura de Cuba cifró este jueves su decrecimiento económico para el 2020 en un 11 %, entre los peores años para la isla, que ha visto agravada su actual crisis por la pandemia de la COVID-19, con fuerte impacto en el turismo y los ingresos en divisas.
El ministro cubano de Economía, Alejandro Gil, a tono con el estilo de los dirigentes castristas adelantó ante el Parlamento que esperan una gradual recuperación para los próximos dos años y un incremento del producto interior bruto (PIB) de entre un 6 y un 7 % para 2021.
La contracción anunciada por el Gobierno cubano coincide con los estimados de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), que vaticina una disminución del 8,5 % para el país caribeño, al que sitúa entre los más golpeados por los efectos del coronavirus en la región.
En un informe durante el último pleno del año de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral), el ministro de Economía cubano explicó que la pandemia causó un “impacto directo” en “actividades cruciales como el turismo, la salud pública, la educación, y la actividad productiva en general”.
El turismo, considerado el motor de la economía cubana y su segunda fuente de ingresos, estuvo entre los más afectados. De los más de 4 millones de visitantes esperados para 2020, la isla caribeña solo recibió alrededor de 1 millón, cifra que esperan duplicar el año próximo.
Gil señaló que la mayor caída se registró en el segundo trimestre de 2020, tras la activación de las restricciones para controlar la enfermedad, que incluyeron la paralización casi total de las actividades económicas y el cierre de fronteras durante nueve meses.
Para la segunda parte del año se observó una “gradual recuperación” económica con el paso escalonado del país a la “nueva normalidad”, afirmó el ministro, aunque en los últimos días todavía se reportan altas cifras de nuevos casos.
¿Recuperación para el 2021?
El ministro de Economía de la isla vaticinó una recuperación para 2021, el primer año sin dualidad monetaria en cuanto a monedas nacionales, porque el USD continúa de protagonista por encima del peso cubano. En la isla a partir del próximo enero sacarán de circulación el CUC (divisa cubana equivalente al dólar, dentro de las fronteras cubanas) y dejará el peso cubano como su única moneda oficial.
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“Proyectamos una gradual recuperación de la actividad económica, con un crecimiento del PIB a precios constantes entre un 6 y un 7 %”, afirmó Gil, como si el pueblo no hubiese perdido la confianza en los planes rimbombantes de la clase dirigente.
El crecimiento del PIB que sueñan, permitiría “planificar con objetividad la recuperación en los próximos dos años de las caídas experimentadas en los años 2019-2020 y no renunciar a las metas de crecimiento proyectadas para la segunda etapa del plan de desarrollo económico y social al 2030”, insistió el ministro Gil.
El titular mencionó la postergada descentralización de la economía estatal, una mayor autonomía para las empresas y la flexibilización en la distribución de divisas como puntos clave para salir de los números rojos.
Entre los planes del Gobierno para 2021 figuran la prioridad a las exportaciones, el control sobre el endeudamiento externo, insertar al pujante sector privado en la planificación económica e impulsar el crecimiento de la zona especial de desarrollo del Mariel, el proyecto al que Cuba le ha puesto todo para captar capital foráneo, sin los resultados esperados.
Este año la isla aprobó 29 proyectos de inversión extranjera, con un capital comprometido de más 2000 millones de dólares. Cinco de ellos estarán ubicados en el Mariel.
Gil subrayó que hasta el momento está garantizado el combustible destinado al consumo eléctrico nacional, cuyo servicio a la población llegará con un tarifazo. “En el plan no se diseñan apagones. Que no los haya depende de nosotros, de la eficiencia y el ahorro que logremos”, dijo el funcionario del régimen, desplazando responsabilidades.
(Con información de EFE)