Hace solo tres días, cuando llegaron a Guantánamo los primeros 300 conejos para empezar la cría en la granja Ramón López Peña, la prensa nacional publicó el hecho como noticia, con lo cual alentaban a población a comer conejo a falta de otras carnes.
En el 2019 la esperanza la ponía un General de la Revolución en el avestruz y, como si fuera una planta, dijo que había que empezar a cultivarlo.
Más allá del avestruz, la propuesta ahora es el conejo, pero nunca la vaca, y todo esto del “desarrollo cunícola” se enmarca en el Programa de Autoabastecimiento (PA) de la delegación del ministerio de la Agricultura.
El envío de esta especie de “conejillos de Indias”, lo realizó la institución conocida como CENPALAB aunque su nombre, según estas siglas, es mucho más largo: Centro Nacional para la Producción de Animales de Laboratorio. A la llegada de los ejemplares a Guantánamo, Rafael Pérez Fernández, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Primer Secretario en aquella provincia, estuvo presente en la granja, para darle al hecho mayor relevancia en la poco activa agenda estatal.
“Pérez Fernández —reportó la Agencia Nacional de Noticias— subrayó la contribución que significa para la cunicultura guantanamera el gesto de la institución científico-productiva habanera, dedicada además a la producción de diferentes surtidos de interés económico y biológico, vacunas, y sueros para terapia pasiva en procesos virales”.
Incluso les encuentran ventajas de la cría de conejos de razas para obtener carne: las hembras garantizan varios partos en el año, que pueden oscilar desde 78 días, hasta poco más de un mes.
Después de colocadas en la nave las 53 cajas de conejos tipo Híbrido Cubano y Chinchilla Americano se estableció allí el primer centro multiplicador de la provincia, que preveen se convierta en ejemplo por el alto valor genético de sus especies.
Para terminar, el periodista dejó lo que parece ser la verdadera noticia: “la carne de conejo devendrá, dentro de un período no muy largo, una de las opciones del abastecimiento territorial, el cual incluye, junto a la entrega de un per cápita mensual de cinco kilogramos de carne, un total de 30 libras de productos del agro: 15 de viandas, 10 de hortalizas, tres de frutas y dos de granos”.
A comer conejo se ha dicho. El proyecto va para tres años de haber sido previsto mediante directivas para la producción y comercialización de esta carne.