Dictadura cubana culpa a EE.UU. por retraso de su vacuna contra la COVID-19

El régimen cubano sostiene que sus atrasos en la producción de vacunas contra el coronavirus es culpa del bloqueo, ese saco sin fondo que lo justifica todo
Vacuna cubana
 

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El Dr.c Eduardo Martínez Díaz, presidente de BioCubafarma, aseguró que el embargo estadounidense es la causa del atraso en la producción de las vacunas cubanas contra el coronavirus.

El bloqueo es para el régimen cubano la gran excusa que justifica todas las ineficiencias. El directivo del régimen dijo ante el Parlamento cubano:

“Van muy bien las vacunas, pero tienen que cumplir las etapas que están establecidas.

Aprovecho la oportunidad para denunciar ante nuestro parlamento y ante nuestro pueblo que la acción del bloqueo y la hostilidad de nuestros enemigos están impidiendo en estos momentos que podamos iniciar los escalados productivos de esta vacuna y hemos querido empezarlo y no hemos podido disponer de los recursos para eso”.

En septiembre pasado Cuba inició pruebas en un segundo grupo de “voluntarios”. los medios oficialistas indicaron que el candidato vacunal cubano sería probado en pacientes entre 60 y 80 años, antes de comenzar la segunda fase del estudio clínico a finales de octubre. También en ese mes Cuba esperaba iniciar los ensayos clínicos de Soberana 02. Este último se probó en animales y sus avances permitieron solicitar el estudio en humanos.

Recientemente el opositor cubano José Daniel Ferrer cuestionó que en la Isla se trabaje en la obtención de vacunas contra el nuevo coronavirus cuando no existen otros medicamentos para el pueblo.

El coordinador de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), compartió en su cuenta de Twitter un artículo del medio español As, donde explican que Cuba prepara supuestamente cuatro vacunas diferentes para hacerle frente a la pandemia.

Cuba posee, hasta la fecha, cuatro candidatos vacunales: Soberana 01, Soberana 02, Mambisa y Abdala. Las dos primeras utilizan el mismo antígeno, producido por la célula CHO y mediante la biotecnología, con la intención de producir esos anticuerpos.

A inicios de diciembre la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech se convirtió en el primer fármaco aprobado para luchar contra el coronavirus. Reino Unido fue el primer país en disponer de la vacuna, cuya efectividad es del 95 por ciento, para ancianos y personal sanitario.

El lunes 14 de diciembre trascendió que tres millones de estadounidenses comenzarán a recibir la vacuna contra la Covid-19, después de que los primeros envíos del suero de Pfizer y BioNTech comenzaran a llegar a los hospitales, en una complejísima operación logística organizada por el Pentágono.

Millones de vacunas, almacenadas a -70°C en hielo seco, fueron enviadas a todos los rincones de Estados Unidos. Un ejército de camiones cargados con miles de dosis, empaquetadas en cajas que contenían hasta 4725 inyecciones, salieron de la planta de Pfizer en Kalamazoo, Michigan, rumbo a centros estratégicos de las empresas de paquetería UPS y FedEx, que desde allí se encargarán de distribuirlas.

 

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