Derrumbes habaneros, el fin de la Estática Milagrosa

Habrá más derrumbes en la Habana Vieja y Centro Habana, y no se sabe cuántos edificios más en cualquier parte de Cuba. Se acabó el milagro. Dios se cansó de sujetar milagrosamente esas estáticas, única causa de que tantas edificaciones sigan en pie
Muchas construcciones se mantienen en pie por puro milagro
 

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El padre de un amigo mío tiene 73 años, es ingeniero civil y ostenta la Orden Carlos J. Finlay de las Ciencias Cubanas. Además, imparte clases en La Universidad de Oriente. Cuando mi amigo y yo estamos en su casa trabajando en proyectos, su padre siempre da rondas por ahí, y siempre echamos lengua a andar, aunque mi amigo rabie.  

- ¿Qué usted cree del derrumbe ese de La Habana donde murieron tres niñas? –le pregunto. 

El padre de mi amigo no es parco, y nunca es directo, aunque sí es sincero. 

Comienza a hacerme la historia del cemento, desde los griegos y los romanos, hasta la Etapa Colonial Cubana, y luego entra en el campo de Centro Habana, y entonces habla de la gran proeza que fue construir el Edifico Focsa, orgullo de la arquitectura e ingeniería cubana, y luego entra en la Etapa de la Revolución, después de 1959.

- Antes cada edificio tenía un consejo de vecinos y se respetaban las normas. Cuántas personas vivían por apartamentos y la carga que podía sostener cada uno lo sabían todos. Después de 1959 las casas se abarrotaron. La gente guardaba hasta las gomas de camiones y carros viejos, se fue sobrecargando la carga natural del edificio. Además, se dejó de restaurar.

Se va hasta la cocina sin terminar de responderme. Mi amigo y yo continuamos trabajando en el diseño de un proyecto de cine, donde tiene como locación fundamental el Distrito Urbano José Martí en Santiago de Cuba. El padre de mi amigo se asoma en la PC, ve las fotos de los edificios, y suspira.

- Allí hay una cantidad de problemas –dice.

- Sí, el foco de Aedes Aegyptis es mayor allá –le digo.

- No no no hombre, los mosquitos son el menor problema que tiene eso.

Todos esos edificios que han construido ahora han violado la norma del espacio allí. Ya allá no se puede construir más, no sé quién está aconsejando a Expósito (1er Secretario del PCC en Santiago de Cuba), pero no deben ser mentes muy brillantes. Han tapado los sótanos de los edificios y eso ha creado un problema mayor, por el desagüe que tienen que tener estos, el flujo de energía. Cada zona tiene una carga límite de construcción de viviendas. El Distrito llegó a su límite hace años –cuenta él.

-Oye, o te vas a conversar con mi papá para la cocina o no trabajamos, así no puedo seguir, me desconcentran –interrumpe mi amigo. 

El viejo se marcha, sólo un rato.  

Entonces mi amigo y yo hablamos de cine nacional y vuelve a recalcarme que “Caravana” está entre las mejores películas de Cuba de todos los tiempos. Llega el padre de mi amigo y mete la cuchareta:

- Mira, yo creo que Cuba es uno de los pocos países, o no sé si el único, donde no se le da atención y apoyo, y retiro económico, a sus veteranos de La Guerra de Angola –me dice. 

- ¿Y son veteranos de guerra? ¿Por eso hay que pagarles? –pregunto sin saber. 

- Pues claro, ¿qué son? Son veteranos de guerra, como los de la II Guerra Mundial o Vietnam. Mira, a mí no me hace falta, eh, ¿ok?, yo estoy bien, pero conozco a muchos que la están pasando mal –me dice humildemente. 

El viejo estuvo de misión internacionalista en la Guerra de Angola y ya era Ingeniero Civil, fue de voluntario. Me voy para la cocina con él a preparar café. 

-Yo aún conservo las cartas que me enviaban mi esposa y los muchachos, que estaban chiquitos. El correo de las FAR cuando entonces era eficiente, y no había censura a las cartas, nadie leía tus cartas. Me llegaban los paquetes, los cigarros, todo en menos de una semana, fue eficiente en aquella época –me cuenta.

- Bueno, lo del derrumbe, dígame –le apuro.

- Cuando Eusebio Leal va a hacer una restauración, saca a las familias que tenga que sacar del lugar, claro, los envía para otra vivienda, él tiene potestad para hacer eso. Ha hecho un trabajo verdaderamente notorio –me dice.

- ¡Lo de las niñas padre! Dígame, ¿quién es el culpable? –le apuro. 

- Mira, los ingenieros cubanos, hace unos años, sobre esta situación de la Habana Vieja y Centro Habana, esa súper sobre carga poblacional, acuñamos una definición que se llama “Estática Milagrosa” –me dice. 

- ¿Y eso? –le indago. 

- Esos edificios están en pie de milagro, ¿vale? ¿ok? Hace años tenían que haberse caídos –me concluye, pero entonces sigue hablando de otros temas. Como de cuando le estrechó en la Catedral la mano al Papa Francisco.

Así que, habrá más derrumbes en la Habana Vieja y Centro Habana, y no se sabe cuántos edificios más en cualquier parte de Cuba. Se acabó el milagro. Dios está pidiendo que se repare, que se restaure, que dejen la chapucería, que se trabaje en serio. Si el Estado no puede con TODO, entonces que deje que haya Propiedad Privada, y otros puedan reparar los daños. Dios se cansó de sujetar milagrosamente esas estáticas.

 

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