NYTimes elogia a José Daniel Ferrer y lo compara con Sajárov, Nelson Mandela o Liu Xiaobo

Una columna firmada por el periodista Bret Stephens critica la represión gubernamental en los casos de Ferrer y el disidente iraní Ali Alinejad.
José Daniel Ferrer
 

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Bajo el título "Encender linternas de libertad en las esquinas oscuras", una columna del veterano periodista Bret Stephens publicada este viernes en el diario The New York Times critica la represión gubernamental en los casos del opositor cubano José Daniel Ferrer y el disidente iraní Ali Alinejad, y elogia su lucha en condiciones difíciles.

Stephens define a Ferrer, como "fundador de la Unión Patriótica de Cuba, la organización disidente más grande de la isla" y cuenta que "en 2003 fue sentenciado a 25 años de prisión por exigir democracia, libertades civiles y amnistía". "Cumplió ocho años en condiciones que describió, cuando lo conocí hace unos años, como una serie de 'terrores constantes'" --dice el periodista.

"El 1 de octubre, él y varios otros activistas fueron arrestados por agentes de seguridad cubanos", prosigue Stephens. "Durante semanas no se supo su paradero. Después de que a su esposa finalmente se le permitió una visita de cinco minutos, ella denunció signos de tortura".

El columnista cita los ataques contra Ferrer publicados en Granma, así como su deterioro físico dramático y el temor de que su vida corra peligro. Cita, también, el caso de Oswaldo Payá, de quien dice "se cree fue asesinado por agentes estatales en un accidente organizado en 2012".

El objetivo del artículo es comparar el caso de Ferrer con el diseñador gráfico iraní Ali Alinejad, detenido sin cargos en el pabellón 2A de la prisión de Evin, donde la República Islámica aísla, interroga, atormenta y a veces tortura a sus presos políticos.

"Desde La Habana hasta Teherán (y desde Caracas hasta Pyongyang), las tiranías han podido sobrevivir décadas de aislamiento y catástrofes autoinfligidas con una hábil mezcla de ideología, corrupción, una opción de salida para los descontentos y la feroz represión de aquellos que exigen un cambio", escribe Stephens.

"También ayuda que ambos regímenes tengan destacados apologistas en el extranjero: personas que piensan que la atención médica de Cuba compensa los 60 años de tiranía, o que las elecciones simuladas de Irán son un sustituto adecuado de la democracia genuina, junto con el número mucho mayor de personas que son simplemente indiferente a lo que hacen. Pero las tiranías también tienen una vulnerabilidad fatal frente a la conciencia moral".

Más adelante, el periodista norteamericano define a Ferrer como un espíritu afín "a Andrei Sajárov, Liu Xiaobo y Nelson Mandela". "La lucha por la libertad es una lucha única. La difícil situación de un disidente en una mazmorra cubana es importante no solo para los cubanos. La lucha por los derechos de las mujeres en Irán es importante para cualquiera que se preocupe por los derechos humanos".

"En cuanto a los Estados Unidos, defender a los disidentes una vez jugó un papel unificador en una política exterior bipartidista. La decisión reacia pero correcta de Donald Trump esta semana de firmar un proyecto de ley para apoyar a los manifestantes de Hong Kong sugiere que esa tradición no está muerta. Los disidentes merecen ese apoyo no solo por quiénes son, o por lo que han sufrido, sino por la causa que encarnan. También se debe a que son, potencialmente, nuestra arma más potente para socavar a nuestros enemigos. Su causa no es, y nunca debe ser, una causa perdida. En este largo fin de semana, gracias a Ferrer, los Alinejads y todos los demás encendiendo linternas de libertad en los rincones oscuros del mundo", concluye el artículo.

Todo parece indicar que aunque el régimen cubano intensificó esta semana su campaña de descrédito contra Ferrer con un reportaje manipulado y sin derecho a réplica en la televisión nacional, los resultados de la propaganda oficialista son más bien escasos. El Parlamento Europeo (PE) condenó esta misma semana la detención arbitraria del disidente cubano, exigió su inmediata liberación y denunció las torturas que, según el opositor y su familia, ha sufrido. La prensa internacional, a la que viene a sumarse ahora la columna de Stephens en The New York Times, también ha criticado la actuación del gobierno cubano y la falta de garantías en el juicio al opositor, a quien la propaganda gubernamental ya da por culpable.

 

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