Madre de diplomática critica la falta de libertad de expresión en Cuba

La psicóloga Carolina de la Torre, madre de la diplomática Johana Tablada de la Torre –subdirectora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) –, criticó la falta de libertad de expresión en Cuba
Carolina de la Torre, psicóloga cubana y madre de la diplomática Johana Tablada. Foto tomada de El País.
 

Reproduce este artículo

La psicóloga Carolina de la Torre, madre de la diplomática Johana Tablada de la Torre –subdirectora para Estados Unidos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) –, criticó la falta de libertad de expresión en Cuba.

De la Torre comentó un post de su hijo Abel Tablada; quien compartiera en Facebook una entrevista al periodista estadounidense Jon Lee Anderson. En los propios comentarios varios defensores del régimen criticaron la postura de Tablada y las siguientes palabras de Anderson.

"Cuba está más arrinconada que nunca. Los cubanos están como en una balsa que está aflote, pero tienen menos salvavidas que antes. A menos que empiecen a abrirse y suavizar su política, como era la oferta de la Administración Obama, no veo un futuro muy positivo. Veo la consolidación de una etapa gris, con la seguridad del Estado con mayores problemas de contención. Pero Cuba ha cambiado, los jóvenes ya tienen acceso a información del exterior. La ventaja que ha tenido el régimen hasta ahora es que es una isla".

Ante la intolerancia de los seguidores de su hijo, de la Torre escribió:

"Este intercambio refleja una realidad. No existe espacio ni tolerancia al pensamiento contrastante y al debate, ni siquiera por parte de quien vive aquí con la esperanza de contribuir a una Cuba socialista mejor. Incluso antiimperialista. Si hay un solo partido, si las organizaciones tienen que seguir al PCC, si se acabó con la tradición de sociedades civiles y hasta de instrucción y recreo, si hay una única prensa, si nadie puede abrir un blog de oposición, ni inscribir una revista critica, si votamos contra un proyecto Varela presentado bajo las reglas de la constitución vigente sin haberlo sometido a debate (nunca lo pude leer hasta que viajé), si se cambió esa constitución, luego se marchó en apoyo y al final se votó lo que ya se había consumado, yo me pregunto demasiadas cosas que no puedo responder”.
 

La falta de libertad de expresión en la isla no solo se refleja en la esfera pública. El régimen sanciona y reprime a quienes intenten ejercer su derecho a hablar, a pensar diferente y expresarlo.

“(…) Todavía creo que Cuba demostró que un país pobre y pequeño podía plantearse un proyecto de bienestar y justicia social. Pero no me queda más remedio que decir que, más allá del bloqueo, no lo hizo del todo bien. Ni abre su economía ni permite el libre hablar, porque por suerte para los ciegos, no saben ni se quieren enterar del pensamiento de los demás. RECUERDEN MI ANECDOTA CUANDO NO ME INSCRIBÍ EN LAS BRIGADAS DE ACCION RÁPIDA Y UNA COLEGA MILITANTE ME DIJO: "APUNTATE Y LUEGO INVENTAS ALGO Y NO VAS".

ESA COLEGA EXISTE Y MILES COMO ELLA. NADIE NUNCA LA VA A CRITICAR. Ese mismo tipo de situación la he vivido decenas de veces, también en las organizaciones donde pertenecí.  Yo no he vuelto a la UNEAC desde el poema sobre la política que escribió BARNET.

Nunca volveré a pesar del inmenso afecto por tanta gente buena que allí conozco, admiro y quiero. Que sigan prosperando las que se apuntan para no ir”, concluyó la psicóloga.

Esta no es la primera vez que de la Torre denuncia problemas sistémicos en Cuba. 

En diciembre denunció el mitin de odio contra la activista y reportera independiente, Iliana Hernández. En su Facebook, Carolina de la Torre compartió lamentables imágenes del ataque que recibió la opositora en su vivienda.

La madre de la diplomática castrista no pudo quedarse callada ante la agresión y escribió: “Yo no sabía ni quién era Iliana Hernández. Pero sí sé que nunca se ha resuelto nada que no sea descrédito, grosería y odio con los actos de repudio”.

Ya en octubre, la psicóloga de 73 años, había lamentado el regreso de estos mecanismos de represión contra los disidentes de la isla.

Si algún día alguien me ve en un acto de repudio, gritando e insultando a jóvenes que se quieran pacíficamente expresar, ni lo piensen: me amarran, me repudian de vuelta o me llevan a un hospital mental porque estaré fuera de mí”, dijo entonces.

Además, recalcó su deseo de libre expresión en la Isla, a pesar de las diferencias de criterio que pueda existir: “he empeñado mi vida trabajando aquí y ni siquiera estoy de acuerdo con todas y cada una de las ideas de los que piensan diferente al gobierno, pero quisiera saber que se pueden expresar”.

 

Relacionados