“Cuba es un país inmóvil”: conversación con el artista Nonardo Perea

El narrador, artista visual y youtuber Nonardo Perea, conversa con ADN Cuba sobre arte, sociedad y libertad: "nadie podrá hacer nada contra miles de cubanos y cubanas en las calles"
 

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Nonardo Perea (La Habana, 1973) es narrador, artista visual y youtuber. Ha ganado, entre otros, los premios literarios “Camello Rojo” (2002), “Ada Elba Pérez” (2004) y “El Heraldo Negro” (2008), todos en el género de cuento. Su novela Donde el diablo puso la mano (Montecallado, 2013), obtuvo el Premio “Félix Pita Rodríguez” ese mismo año.

En el 2017, Perea se alzó con el Premio “Franz Kafka” de Novelas de Gaveta, por Los amores ejemplares (Éditions Fra, Praga, 2018). Tiene publicado, además, el libro de cuentos Vivir sin Dios (Extramuros, La Habana, 2009). Su canal de YouTube “En la cama con Nonardo” genera contenidos sobre temas LGTBIQ+, sexualidad y feminismo, tratados con ironía y humor. Nonardo conversa con ADN Cuba sobre arte, sociedad y libertad.

– ¿Cuánto falta por hacer en Cuba para lograr la inclusión de todos los grupos sociales que se han visto marginados?

En lo personal, ahora mismo comparo la situación de hoy con el pasado, y me doy cuenta de que en la Cuba actual hay ciertos cambios, y en específico me refiero al colectivo LGTBIQ+ que desde siempre ha sido uno de los más marginados, tanto por el Estado como por una sociedad donde prevalece el machismo y la homofobia, sin dejar de lado a las personas negras que no se escapan de un racismo tanto institucional como social.

Cuando me refiero a cambios, te digo que antes era mucho más complicado tocar temas que tuviesen que ver con los derechos de ciertos colectivos, y es evidente que el paso del tiempo hace que las cosas tomen otro matiz, porque la vida es movimiento, nada puede quedarse estático. Hoy se cuenta con una buena herramienta que es Internet, por lo que ahora se hace mucho más visible el trabajo de las y los activistas que trabajan en función de brindar información que de algún modo sirve para educar y sensibilizar a personas que tal vez antes no contaban con acceso a esos conocimientos, y tenían y aún sostienen ideas erróneas construidas por el propio Estado y sus mandatarios. Desde los inicios de esa supuesta “revolución”, mostraron públicamente una postura homofóbica; nuestro “queride Fidel Castro lo demostró en algunos de sus discursos… ¿Y qué decir de las UMAP? Son hechos que a través de la historia han servido para generar homofobia y exclusión social.

Creo que en este momento de Cuba, donde de algún modo se están tomando en cuenta ciertas demandas de colectivos oprimidos, es de suma importancia generar contenidos que visibilicen mucho más a todes estos grupos, y no desfallecer en la lucha por los derechos individuales de cada persona, seamos negras, negros, negres, o seamos gays o lesbianas, todas, todes y todos tenemos que contar con los mismos derechos sin distinción de ningún tipo. Ojalá algún día ya no tengamos ni siquiera que hablar de luchas. Sueño con ese momento en que no haya que luchar por nada, y cuando llegue supongo que ya seremos libres realmente.

– Se está discutiendo sobre el Código de Familia en Cuba, mencionan “adelantos para la mujer cubana” y otras noticias de medios oficiales que intentan, mediocre y casi subrepticiamente, hablar de estos temas. ¿Qué no se habla en temas de derechos fundamentales?

Desde que tengo uso de razón en Cuba siempre se ha discutido de lo que realmente le importa al gobierno que se discuta, todo a su conveniencia. Me pregunto con mucha frecuencia cuándo se debatirá a puertas abiertas y, por supuesto, con la opción de que el pueblo tenga la posibilidad de emitir sus criterios sin censura ni recibir represalias, o ser señalada o señalado como gusana y “pagada por el imperio”, por el simple hecho de tener ideas contrarias.


Hay muchos temas que no se discuten y son tan o mucho más importantes que el matrimonio igualitario, que tendría que haber sido aprobado sin tanta dilación. En mi lista (podría ser mucho más extensa) está el tema de la igualdad ante la ley; la libertad de expresión; el  derecho a la información y a la huelga; la libertad ideológica; el derecho a tener una vivienda digna, y donde no se tenga que convivir con varias generaciones en situación de penurias; el derecho a la libertad y a la seguridad; derechos a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen; inviolabilidad del domicilio, derecho a libre residencia y circulación por el territorio cubano; derechos de reunión, manifestación y de asociación. Me parecen necesarios e imprescindibles para que Cuba sea el país que no es. No es nuevo: se sabe que Cuba vende al mundo y a la Unión Europea una imagen muy contraria a su triste realidad.

– La existencia del Centro Nacional de Educación Sexual en Cuba no parece significar grandes avances en temas educativos y de activismos para lograr verdadera inclusión. ¿Por qué es de las pocas instituciones oficiales que se encargan de los temas de la comunidad LGBTIQ+? ¿Son necesarios más activismos sinceros que le hagan frente al descuido del Cenesex?

Estando en Cuba nunca tuve contacto con el Censex. Ni siquiera sé en qué dirección se encuentra ubicado y supongo que, como yo, otras personas del colectivo tampoco sabrán mucho de esta institución, aunque puede que sí tengan referencias del mismo y la constancia de que Mariela Castro es su directora. Pero en Cuba en ningún programa o spot publicitario televisivo recibí información sobre ese centro que supuestamente existe para dar apoyo a personas como nosotres.

Luego, cada vez que participé de las marchas por el orgullo, veía a una Mariela más enfocada en politizar el evento con consignas oficialistas, nunca un cartel donde se exigieran los derechos fundamentales. Era un poco raro estar en una marcha donde supuestamente exigíamos derechos que no deberíamos pedir –porque los derechos simplemente nos los tienen que dar–, y te encontrabas con grupos de homosexuales que no se dan cuenta que los manipulan para lo que realmente les interesa a ellos como institución pública que pertenece al Estado, y dirigida por la hija del entonces presidente de Cuba. Hay que tener la cara bien dura.

Si el Cenesex es de las pocas instituciones que se encargan de temas del colectivo LGTBIQ+, es porque ellos pretenden tenerlo todo centralizado, no quieren que nada se escape de sus manos ni de su lupa. En un futuro se deben crear instituciones independientes que sean capaces de realizar un verdadero trabajo que beneficie a todas las personas, sean gays o no, porque no solo los gays pasan por problemas traumáticos. También existen las mujeres trans que sufren diariamente el rechazo social e institucional, también hay muchas mujeres en Cuba que conviven con la violencia de género y necesitan ayuda y una vía de escape para solucionar sus problemáticas.

– El grupo 27N ha ido rompiendo mordazas que el régimen impone: no solo se han plantado en dos ocasiones frente al Ministerio de Cultura, sino que están desarrollando una agenda que incluye la petición de libertad de expresión y creación. ¿Cuánto está aportando las manifestaciones de este tipo en el camino por los derechos en Cuba?

Me parece fundamental que grupos como estos surjan, pero lo más importante es que consigan crecer y alcancen la fuerza suficiente para que a la hora de exigir ciertas peticiones se tomen en cuenta, y no se quede todo en una simple reunión donde se exigen derechos que luego se archivan y no llegan a ninguna parte. Todo no puede quedar en un simple diálogo: se necesita acción y luego resultados reales. Pero sí, considero que el grupo 27N puede lograr lo que se proponga.

– ¿Qué consejos darías a los activistas, de ahora y del futuro, con respecto a la lucha por la democracia y la igualdad en Cuba?

No desfallecer y unirse. Esta es una lucha de todos y todes, y solo uniéndose y no creando divisiones podremos ver un cambio en Cuba. Ya es tiempo de que el pueblo cubano conozca otras realidades y no siga engañado por un gobierno que durante 62 años ha adoctrinado a muchas generaciones, haciéndoles creer que es el mejor país del mundo. Eso no es cierto. Es hora de despertar y entender que la vida es una sola, y que en Cuba ahora mismo hay varias generaciones que han perdido su juventud pensando en un mejor futuro que nunca les llegó.

Las nuevas generaciones tienen que darse cuenta de que la historia ha demostrado que Cuba es un país inmóvil, donde pasan los años y no se puede soñar, porque hasta soñar es imposible. No se puede vivir en una nación donde el principal deseo de un joven es salir del país a toda costa, o que tengan que prostituirse por un par de zapatos. No creo que los jóvenes de hoy deban sufrir las consecuencias de un mal gobierno que no reconoce que el sistema es un desastre.

Al final todo caerá, pero mientras hay muchas personas sufriendo por culpa de ellos. Ya es hora de que salgan del poder porque es lo que necesita el pueblo, y para ello solo queda unirse y protestar de manera pacífica. La clave está en la unión, nadie podrá hacer nada contra miles de cubanos y cubanas en las calles.

 

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