El poeta y escritor Ricardo Acostarana probó ingresar a la Asociación Hermanos Saiz (AHS), en el último crecimiento realizado por la organización que se dice vanguardia artística de la juventud en la Isla.
Al joven se le negó la membresía a pesar de ser el ganador de la primera edición del concurso Nuevas Voces de la Poesía Cubana, convocado por la propia AHS.
La AHS se encuentra alineada con la política cultural del gobierno en contra del desarrollo de los jóvenes artistas y escritores, y la cultura cubana, a pesar de pretender que se le reconozca como una ONG.
Ricardo Acostarana es conocido en bares y restaurantes privados, y en centros culturales del gobierno, por hacer una poesía que desde las primeras palabras atrapa incluso, a los menos asiduos a la lectura.
Con una manera desmedida y visceral de abordar la realidad en sus textos, cargados de un criollismo explícito, con un lenguaje coloquial y directo, la obra de Acostarana te hace reflexionar, aterriza en el escenario que te rodea y te obliga a recordarla.
El joven, integrante del grupo de acción poética El Proyecto, fue el ganador en 2018 del Concurso Nuevas Voces de la Poesía Cubana en su primera convocatoria a nivel nacional, con un libro titulado Cerrado por incapacidad.
A primera vista hay dos opciones para intentar desenredar esta madeja, porque testigo he sido de la repercusión tremenda que produce la poesía de Ricardo en un auditorio expuesto a ella.
Los primero y menos probable, es que todo se deba a que el público, el cual en muchas ocasiones ha estado integrado por grades personalidades de las letras en Cuba, desconozca qué es la poesía, y a su vez, que el jurado de la AHS, del cual formaba parte la conocida filóloga Susana Haus, tenga la razón, y la poesía de este joven carezca de los requisitos para que merezca un puesto dentro de esa organización.
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Lo segundo puede ser que Acostarana está pagando el precio de pertenecer al grupo de acción poética El Proyecto, que en su mayoría está integrado por miembros de Demóngeles, un colectivo sociocultural conocido por su postura irreverente ante la política del gobierno cubano en materia de cultura.
Es necesario aclarar que aunque Ricardo y El Proyecto no han participado en la campaña contra el Decreto 349, los miembros del grupo Demóngeles sí, lo que me lleva a creer que en este caso, todo se trate de un daño colateral, una medida ejemplarizante con la que se intenta poner de moda aquella paradójica frase de “dentro de la revolución, todo; contra la revolución, nada”.
En una entrevista publicada en la página web de la AHS, referente al Nuevas Voces de la Poesía Cubana, Acostarana dijo que “el premio todavía está asimilando que me dejaron ganarle”.
Supongo que el asombro del joven poeta se deba a la situación en la que hoy se encuentran los certámenes literarios en Cuba, secuestrados por una especie de mafia donde no cabe que ningún escritor crítico con la realidad nacional obtenga reconocimiento alguno.
Ricardo también dijo en esa entrevista que “los poemas que conforman el cuaderno (Cerrado por incapacidad) hablan sobre el fracaso y cómo acceder a él, aunque el jurado llegó a una conclusión mucho más simple que yo acerca de ellos y dijeron: …conjunto de poemas descoyuntados, punzantes, irónicos, que destierran de su escritura cualquier residuo de ambientes manidos o formas maniqueas, replanteando una peculiar construcción del discurso, donde la violencia de las imágenes y los giros drásticos, constituyen asociaciones eficaces para sostener la plataforma poética. (¡Bravo por el jurado!). O sea, poemas que hablan sobre el fracaso y cómo acceder a él”.
Esta opinión del jurado contrasta con la exigua que dio la comisión encargada de seleccionar a los nuevos integrantes de la AHS, en la cual se definió a la poesía de Ricardo como “falta de metaforización” y de “no respetar la tradición de la poesía antillana”.