Santiago de Cuba recibió este sábado al crucero World Voyager con un total de 84 turistas alemanes, lo cual marcó el inicio de la temporada de cruceros en la provincia tras dos años de inactividad en esa modalidad turística, según destacó la delegada del Ministerio de Turismo en el territorio, Zoraida Lozano González.
El crucero atracó en el puerto santiaguero en horas de la mañana, procedente de Santo Domingo, y permaneció allí hasta las 19:00 horas, cuando partió rumbo a Cienfuegos, su segunda parada en la isla antes de concluir la travesía en La Habana.
Según reportó la oficialista Agencia Cubana de Noticias (ACN), la Agencia de Viajes Havanatur es el receptivo de los viajeros en la isla y para la estancia en Santiago de Cuba organizó “diferentes excursiones que comprendieron sitios de interés histórico, cultural y patrimonial”.
Entre esos sitios destacan la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral, la calle Heredia, el parque Céspedes, el Castillo San Pedro de la Roca, el cementerio patrimonial Santa Ifigenia, el Santuario de El Cobre, el Museo del Ron y la Casa del Habano.
El buque de lujo World Voyager fue construido en 2020 y tiene capacidad para 200 pasajeros. Pertenece a la naviera portuguesa Mystic Cruises y está charteado por la compañía alemana Nicko Cruises para clientes de este país.
Según detalla la ACN, su próxima entrada a Santiago de Cuba está prevista para el 5 de febrero de 2022.
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El arribo de cruceros a Cuba, de acuerdo con las autoridades, lleva aparejado el cumplimiento de un protocolo sanitario y de control para evitar nuevos contagios de coronavirus, al alza nuevamente en gran parte del mundo por la propagación de la variante Ómicron.
Alemania, el país de procedencia de los turistas del World Voyager, asiste a un nuevo rebrote de la enfermedad desde hace dos meses y en los últimos seis días tiene un promedio de casos diarios superior a los 31.000.
Tras la reapertura plena de las fronteras, el régimen cubano cifra sus esperanzas de recuperación económica pospandémica en un alza repentina del turismo y en tal sentido se ha mantenido invirtiendo en la construcción de hoteles y la compra de automóviles para la renta a turistas, aunque la expansión de la variante Ómicron no augura buenos escenarios para la llamada industria sin chimeneas.