Una cubana murió en Honduras mientras intentaba llegar a EEUU

El territorio hondureño se ha convertido en las últimas décadas en un punto de tránsito de migrantes, especialmente de cubanos y africanos.
Militares hondureños transportan un ataúd con restos de un migrante
 

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Una cubana se encuentra entre los cuatro migrantes que murieron en Honduras en los últimos 11 meses mientras transitaban por ese país para llegar a Estados Unidos, informó este 7 de junio la agencia española EFE.

El pasado 4 de marzo se registró el fallecimiento de una mujer cubana, tras sufrir un paro cardíaco en un centro hospitalario del departamento de El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, denunció el Comisionado Nacional de Derechos Humanos de Honduras (CONADEH).

La Comisionada Nacional de los Derechos Humanos, Blanca Izaguirre, exhortó a la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, a sancionar el decreto que otorga Amnistía Migratoria a miles de personas migrantes que circulan por este país centroamericano.

“Es deber” de Honduras “garantizar los derechos humanos de cada una de las personas migrantes y brindarles asistencia humanitaria y atención médica”, afirmó.

Las regiones de Danlí y Trojes, en el oriente del país, se han convertido en los últimos meses en nuevas rutas que migrantes, principalmente de África, Cuba y Haití, están utilizando para seguir en ruta hacia Estados Unidos.

Según datos oficiales, entre mediados de marzo y mayo de este año, alrededor de 26 800 migrantes de Angola, Bangladesh, Camerún, Cuba, China, Ecuador, Ghana, Haití, República Dominicana, Somalia y Venezuela han ingresado a Honduras por Danlí y Trojes.

El organismo de derechos humanos mantiene “un constante monitoreo” en El Paraíso para “garantizar el respeto de las personas que conforman los flujos migratorios mixtos, especialmente las personas en condición de vulnerabilidad”.

Según la oficina del Comisionado Nacional de Derechos Humanos en El Paraíso, alrededor de 500 migrantes de diferentes nacionalidades ingresan a diario a Honduras. 

El territorio hondureño se ha convertido en las últimas décadas en un punto de tránsito de migrantes, especialmente de cubanos y africanos, que atraviesan los países de Centroamérica para llegar a Estados Unidos.

 

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