Madre cubana duerme con sus cuatro hijos “hasta en el suelo”, no tiene donde vivir

Yuleisy Rodríguez Chaple lleva tres años esperando por que las autoridades atiendan su caso y le ayuden o den facilidades para resolver su problema de vivienda. Vive hacinada con sus cuatro hijos en casa de su exsuegra, en un pedacito de sala
Rodríguez Chaple con uno de sus hijos
 

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La cubana Yuleisy Rodríguez Chaple, madre de cuatro hijos, vive agregada con su prole en un pedacito de sala en casa de su exsuegra, donde duerme “hasta en el suelo”. 

Lleva años esperando que las autoridades del municipio Diez de Octubre, en La Habana, atiendan su caso y la ayuden a resolver su problema de vivienda. Sin embargo, con ella, como con tantos otros cubanos clasificables como casos sociales o en situación de vulnerabilidad, no se ha cumplido ese ficticio eslogan de que “la Revolución no deja desamparado a nadie”.

“He tenido bastantes encuentros con casi todos los funcionarios del municipio, fundamentalmente con Bárbara Agón, presidenta del Gobierno de aquí de Diez de Octubre, que me tiene prometido que va a venir a visitarme para interesarse por mi situación. Una visita que nunca ha llegado en estos tres años”, lamenta Rodríguez Chaple ante las cámaras de Cubanet.

Según explica, está harta de que funcionarios del régimen la engañen y le mientan sobre la posibilidad de brindarle ayuda. Se ha pasado tres años pidiendo ayuda económica y habitacional a instituciones gubernamentales debido al hacinamiento en el que vive y los problemas de salud de tres de sus cuatro hijos. Tras tener mucha confianza en que las autoridades resolverían o le ayudarían a resolver su situación, hoy se muestra incrédula e indignada. 

Lo único que han hecho con ella, dice, es “pelotearla” sin ofrecerle ninguna solución. No ha importado que sea madre soltera y conviva con otras nueve personas en “una casa súper disfuncional por problemas de familia”.

“Estuve con Damián Cordoné Oviedo, el intendente del Gobierno y es el primero que me ha dado una respuesta (falsa) tras la otra falsa. El 1 de septiembre me dijo que sí, que ya me iba a dar un local con una ayuda para que yo lo construyera… Después, a los días me dijo que no me lo podían dar porque eso era de Cubataxi (empresa estatal)”.

Rodríguez Chaple no tiene donde vivir por su cuenta. Empezó a pedir ayuda al Estado hace tres años por sugerencia de una trabajadora social, pero aún espera. 

“Como me lo había dicho una trabajadora social, que es alguien del Gobierno, empecé con los trámites, pero nunca pensé que fuera a recibir tantas mentiras, tantos engaños de parte de funcionarios que representan al pueblo”, se queja la madre en la entrevista con el citado medio.

Según detalla, su caso es conocido en las direcciones municipales de Trabajo y Seguridad Social, Educación y Salud Pública, así como en el Gobierno de Diez de Octubre.

“Tres de mis bebés están enfermos, tienen certificados médicos, los cuales he presentado en todos los lugares. Hasta el Consejo de Estado he visitado, y nunca he obtenido una respuesta correcta”, denuncia.

Una de las políticas principales del presidente del régimen cubano, Miguel Díaz-Canel, apuntaba a incrementar la construcción de viviendas en todos los municipios del país para resolver casos como los de Rodríguez Chaple. Sin embargo, como muchos proyectos en la Cuba estatista y totalitaria, el ambicioso plan ha fracasado en sus primeros años, al punto de que ya probablemente ni exista o no sea un “objetivo estratégico”.

Tras las palabras del gobernante sobre la asignación de viviendas a madres solteras de tres o más hijos, a Rodríguez Chaple la anotaron en varias listas con miras a la entrega de un hogar que nunca llegó.

“En la lista completa hice el número 83 (…) Sí conozco que aquí en el consejo (popular) de Tamarindo han ayudado a muchas madres, pero yo que soy el (número) seis en esto consejo, no he recibido absolutamente ningún tipo de ayuda”, lamenta en la entrevista con Cubanet, cuya plataforma aprovecha también para denunciar la corrupción que existe en su municipio con la entrega de viviendas, que ha permitido que personas de un mismo núcleo hayan recibido varias casas.

“Yo sí le dije al intendente que no tenía dinero para pagar y que me adelantaran mi vivienda. Si lo tuviera, no le estaría pidiendo ayuda al Gobierno”.