El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel presentó este viernes el tema de la vivienda como "el principal problema social acumulado que enfrenta Cuba" y volvió a apelar al trabajo del Gobierno "con sensibilidad y constancia" para resolver la crisis enquistada del sistema.
El gobernante encabezó un chequeo al Programa de la Vivienda en la provincia de Pinar del Río, otro territorio que, según reconoció el diario oficial Granma, incumple sus planes de construcción habitacional, con más de 1.400 subsidios sin terminar desde el año 2012 y alrededor de 9.000 afectaciones tras el paso varios huracanes.
"Nosotros vamos en el programa de vivienda por detrás del problema", admitió el mandatario, que lo achacó a "muchas afectaciones acumuladas durante años".
Como ya ha reiterado en otras ocasiones, el presidente cubano aseguró que "la meta es salir de las dificultades con el fondo habitacional a lo máximo en diez años", pero reconoció no se podrá lograr "con los ritmos actuales".
El gobernante describió además las llamadas "Células Básicas Habitabls"', o viviendas de 25 metros cuadrados que se entregan a los afectados y que, incluyen dos cuartos, un baño, una sala y una cocina comedor, como "una casa pequeña que "si se hace bien, después puede ampliarse. Es una vivienda fuerte, no un 'llega y pon'".
Esas construcciones para los subsidiados, agregó, se levantan en tres meses, porque cuentan con el financiamiento y los materiales asegurados. Sin embargo, Pinar del Río tiene aún casos pendientes de "células básicas" desde 2012.
La provincia occidental no es la única que padece una crítica situación habitacional. La Habana, ha registrado estos últimos años frecuentes derrumbes que engordan las cifras de personas que a la espera de un nuevo techo. En los últimos dos meses se han producidos al menos cuatro derrumbes en los municipios Centro Habana y Habana Vieja.
Según reporte de la agencia oficial Prensa Latina, al cierre de julio en Cuba se terminaron 20.512 viviendas, el 62 % de las previstas para 2019. Para el segundo semestre la meta es alcanzar más de 22.000.
Estas cifras representan solo una pequeña parte del déficit habitacional general en la isla, que según los datos oficiales asciende a 800.000 viviendas.