Régimen niega ayuda a madre desesperada por hablar con la prensa independiente

Yuleisy Rodríguez Chaple lleva tres años esperando por que las autoridades la ayuden a resolver su problema de vivienda. Dicen que no lo harán. ¿Su falta? Comentar su situación con CubaNet.
 

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Yuleisy Rodríguez Chaple, madre de cuatro hijos, denunció que las autoridades del municipio capitalino Diez de Octubre se negaron a ayudarla porque denunció su caso ante medios independientes.

Rodríguez Chaple solicitó hace tres años una casa, o ayuda económica, o ambas, al gobierno cubano para salir del hacinamiento en que vive con su familia. Según contó a CubaNet, confió en que le darían solución a su problema, pero hasta hoy ni la más mínima ayuda.

La joven madre contó al medio independiente que hace poco se encontró con el intendente del municipio en la vía pública y le pidió información sobre la petición de vivienda que había hecho a las autoridades.

El funcionario le contestó amonestándola por haber dado a conocer su situación en “redes sociales” y los medios independientes. También le dijo que su actitud había provocado que las autoridades echaran a un lado su caso.

La joven es madre soltera y actualmente vive en casa de su exsuegra, junto a otras nueve personas. “Imagínese, es una casa súper disfuncional por problemas de familia (…). En este pedacito de sala —señala un espacio estrechísimo—, duermo con mis hijos en el suelo porque no tengo donde vivir”, comentó a CubaNet.

“Tres de mis bebés están enfermos, tienen certificados médicos, los cuales he presentado en todos los lugares. Hasta el Consejo de Estado he visitado, y nunca he obtenido una respuesta correcta”, denunció.

Varias dependencias del gobierno local conocen al dedillo su caso, pero desde hace tres años le han dado evasivas, respuestas de que “pronto lo resolveremos” y mensajes por el estilo, sin ninguna solución concreta.

“En la lista completa hice el número 83 (…) Sí conozco que aquí en el consejo (popular) de Tamarindo han ayudado a muchas madres, pero yo que soy el (número) seis en esto consejo, no he recibido absolutamente ningún tipo de ayuda”, agregó.

Datos oficiales, recogidos por el gobierno cubano, aseguran que el déficit de viviendas en la isla es de 800 000. Cada año, más y más casas se derrumban o son abandonadas por sus habitantes, debido a décadas de abandono y la fala de recursos para mantenerlas.

Las construcciones del Estado, por otra parte, no cubren la demanda anual. Según la agencia estatal de noticias Prensa Latina, al cierre de julio de 2020 se terminaron 20 512 viviendas en Cuba, el 62 % de las previstas para 2019. Para el segundo semestre la meta era alcanzar más de 22 000.

La construcción de viviendas por cada 1000 habitantes disminuyó de 6,1 en 1989 a 3,6 en 2005. En 2006, se construyeron 111 400 nuevas unidades y la proporción subió a 9,9, ambos récords históricos. Pero esas cifras fueron infladas, pues incluyeron viviendas edificadas anteriormente que recibieron ese año una habilitación para la ocupación, así como viviendas en construcción.

Después de 2006, la construcción de viviendas bajó constantemente hasta 22 100 en 2016, mientras que la razón de unidades construidas por 1000 habitantes disminuyó de 9,9 a 1,9.

El presidente del Instituto Nacional de la Vivienda, Víctor Ramírez, declaró en 2008 que 1,17 millones de viviendas (30% del inventario) estaban en condición “regular” o “mala” y que el 85% de las unidades con más de tres pisos necesitaban reparaciones fundamentales, pero la falta de materiales de construcción lo impidió.

El historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal, que fielmente reconstruyó parte de la zona colonial, afirmó en un programa de televisión que 60% del fondo habitacional se encontraba en condiciones pobres.

También aseguró que había un promedio de tres derrumbes diarios, y que si uno de los huracanes de 2008 hubiese azotado directamente a la ciudad, habría sido necesario declarar la ley marcial; un argumento a fin de solicitar 1000 millones de CUC para la rehabilitación de miles de viviendas en la zona colonial.