Dagoberto Valdés Hernández agradeció al arzobispo de Santiago de Cuba por elevar sus plegarias en oración por los presos políticos, y se unió a la iniciativa a través de su perfil de Facebook.
“Como hijo de la Iglesia y como cubano, agradezco y me uno a la oración por Cuba de Monseñor Dionisio Guillermo García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, hoy al finalizar la Misa en la Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad, 17 de julio de 2022” publicó Valdés Hernández.
A sus allegados y seguidores, el intelectual católico pidió “despedirnos de la Virgen poniendo todas nuestras inquietudes, nuestros deseos, nuestras peticiones y anhelos en las manos de Ella, para que a través de su Hijo Jesús se las presente a Dios nuestro Padre”.
En los ruegos a la patrona de Cuba, el arzobispo recordaba los sucesos del 11 de julio de 2021 en los cuales, expresó, “hubo manifestaciones, personas que querían expresar sus criterios” y aseguró que “como todas las cosas humanas, muy pacíficas la mayoría y algunas desgraciadamente con violencia”.
“Lo dicho en aquel momento te lo vuelvo a presentar, Madre. ¿Por qué? Porque aquí está el corazón de los cubanos, y aquí las personas vienen a pedir que nosotros podamos vivir en paz como hermanos, respetándonos unos a otros, considerándonos todos como iguales ante Dios y ante los hombres; que queremos vivir en nuestra Patria, donde encontremos las posibilidades para desarrollarnos plenamente, respetándonos unos a otros” oraron los asistentes a la misa.
Durante la ceremonia se mencionaron, además, las repercusiones del 11J, asegurando que “las secuelas más duras están en los detenidos”, y pidieron a la virgen “que se revisen de nuevo todas las penas, para que puedan salir en libertad todos aquellos que quisieron expresar su opinión sobre la situación”.
Otro tema fue la actual crisis migratoria que vive Cuba, sus motivos y sus consecuencias: “Sienten que no encuentran las condiciones para poder desarrollarse plenamente, sienten eso y son muchos miles. Y son muchos miles de familias divididas, y son muchos miles de ancianos que se quedan solos. Muchas familias que sufren porque algunos han muerto en la travesía, ya sea en el mar o por tierra”.
Los católicos pidieron además que se generen “los cambios necesarios para que nos podamos sentir contentos, y seguros aquí. El cubano siente que está en su tierra, se siente dueño de ella; pero los cubanos necesitamos que se den las condiciones para que todo ese nivel intelectual, técnico, social que hemos adquirido como pueblo, podamos desarrollarlo en esta tierra, y nos sintamos entonces contentos”.