* Por Frank Correa
Juan Ramírez, chofer de la ruta 55 del paradero de La Lisa, cuenta que “la ley (Resolución 522/ 2017 del Ministerio de Transporte) es el último invento del gobierno y una verdadera locura, pues modifica el sistema de pago hasta ahora vigente, a pesar que aumentaron la recaudación hasta el 25 %”.
Aunque la disposición es del 2017, se puso en efecto a partir de este 1 de julio, y choferes entrevistados por ADN CUBA opinan que va en detrimento de las condiciones de trabajo y los derechos laborales de los empleados de la empresa de ómnibus urbanos.
Lucho Garandilla, chofer de un P12, cuenta que realizaron una reunión de consulta con los trabajadores del paradero de Mulgoba, y todos los choferes rebatieron el argumento de la administración, que defendía el nuevo sistema de pago porque mejoraba las pensiones.
“Contestamos que nosotros queríamos los beneficios ahora y no en el 2040, y que lo que necesitábamos en verdad era un aumento del salario; pero el representante de la empresa se hizo el sordo, y terminó la reunión poniendo en el acta que era ‘aprobada por unanimidad’”, contó Gandarilla.
Algo parecido ocurrió en la terminal de Palatino, cuando Luis Gainza, dirigente de la empresa de ómnibus urbanos suspendió el debate con los choferes, al ver la posición de Calixto Kindelan— secretario del sindicato en esa terminal—, a favor de los trabajadores y en contra la aplicación de la normativa.
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Un chofer de la ruta 20 que cubre el recorrido Cerro-Miramar, cuenta que renunció el año pasado a un cargo de dirección en la empresa, por inconformidad con las regulaciones y los reiterados experimentos en el transporte “que siempre van en contra de los obreros”.
“En los últimos 5 años las exigencias de recaudación a los choferes han ido en aumento. Un ómnibus no articulado que mide 9 metros, tiene una capacidad técnica de 4 personas por metro cuadrado. ¿Cuántos pasajeros tendrán que transportar a razón de 40 centavos, que es el valor del pasaje, para cumplir la norma de recaudación que les imponen? El actual sistema de pago por resultados, funcionó cuando los chóferes llegaron a ganar hasta 1800 pesos mensuales, pero luego las ganancias fueron mermando hasta quedar sobre los 800 pesos, debido a las frecuentes roturas de las guaguas y el desvío de petróleo en las terminales. Luego la administración echó más leña al fuego al descontar del salario de los trabajadores un por ciento para reparaciones, a pesar de contar con un presupuesto asignado para eso”, comentó.
“Otra medida que no tiene ni pies ni cabeza es un fondo de 700 pesos que los chóferes deben crear, para utilizar en caso que no cumplan con la recaudación, o en caso que la policía los multen por infracciones de tránsito”, dijo también.
Pedro Carmenati, chofer del paradero de Playa, señala que en la actualidad más de la mitad de los carros están inservibles en los paraderos: “En los almacenes hay muy pocas piezas de repuesto. A los mecánicos les exigen que saquen los carros a la circulación, pero ellos no son magos”.
Otra normativa que causa malestar a los choferes de los ómnibus es la prohibición del traslado a otras empresas con mejores condiciones de trabajo, como Transmetros, Taxibus, Metrotaxis y Taxis ruteros, aunque existan plazas disponibles. La empresa que dirige estas dependencias, radicada en calle 26 en Nuevo Vedado, dictó una circular a los administradores de esas bases de transporte, prohibiéndoles terminantemente aceptar choferes de ómnibus urbanos.
“Estamos amarrados de pies y manos en esta lucha contra el Estado. ¿Quién nos defiende a nosotros?”, se pregunta Carmenati.