Damnificada de huracán Ike lleva 12 años esperando una solución

Magalis García Fajardo, damnificada por el derrumbe total de su vivienda, tras el paso del huracán Ike, en 2008, lleva 12 años esperando la ayuda gubernamental
El huracán Ike en su paso por Cuba en 2008. Foto: Flickr
 

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Un columnista del diario oficialista cubano Juventud Rebelde, contó la historia de una mujer que sufrió los estragos del huracán Ike, en 2008, y aún espera la ayuda gubernamental que le sería entregada hace 12 años.

José Alejandro Rodríguez narró el caso de Magalis García Fajardo (residente en avenida Lenin No. 75, Los Mangos, Moa, Holguín) quien resultó damnificada por el derrumbe total de su vivienda, tras el paso del citado huracán.

De tanto esperar y no recibir la ayuda, Magalis García decidió escribirle al columnista.

A ella le dieron un colchón y le orientaron que construyera una “facilidad temporal con los escombros que quedaron de su casa, con la promesa de reconstruir su vivienda”, explicó Rodríguez.

Agregó: “En 2011, al ver que ya se levantaban casas y ni siquiera los habían visitado, su esposo fue a la Dirección Municipal de la Vivienda (DMV), y le dijeron que él no aparecía en el listado. Entonces fue a ver al delegado del Poder Popular, quien compareció en la DMV. Y le dijeron que esa familia aparecía en el listado, pero solo con afectación parcial del techo”.

 

 

La fatalidad continuó para la familia de Magalis García, pues el huracán Mathews en 2016 le destruyó todo lo que habían levantado.

Les entregaron 50 tejas de cartón, una bolsa de cemento y clavos. Vecinos y amigos los ayudaron. Y las tejas, además de techo, les han servido de «paredes”, añadió el artículo.

El columnista agregó que con la familia de la damnificada vive un nieto desde que tenía un año de edad. Y desde julio de 2015 le diagnosticaron Linfoma de Hodkin en etapa tres. En su certificado se ha orientado a que él no realice esfuerzo físico ni se exponga al sol, así como medidas higiénicas adecuadas.

 

 

“Es imposible en estas condiciones, porque llueve y tenemos que dormir con un nailon sobre nosotros, y yo sacando el agua con una frazada de vez en vez. Aún así, nos mojamos. Y en verano el calor agotador derrite las tejas, y caen gotas de petróleo con un fuerte olor. Por si fuera poco, en 2018, a mi esposo le diagnosticaron cáncer de colon. Ambos, abuelo y nieto, tienen que dar viajes a Holguín para la quimioterapia”, dijo la mujer, según el texto del columnista.

Hace seis meses nos visitaron y preguntaron dónde debían colocar los materiales. Aún los estoy esperando. Desde hace tiempo saben que soy un caso priorizado. Y todos los años las autoridades concuerdan en que mi situación es crítica, pero no veo solución a mi problema. (...) Siento vergüenza de escribir a su columna, pero los funcionarios involucrados en este proceso no me han dejado otra alternativa”, concluyó Magalis.

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