El presidente de Estados Unidos, Donald Trump anunció este viernes que trasladará su residencia permanente a Palm Beach, Florida, tras concluir sus funciones como presidente, en vez de regresar a la Torre Trump en Nueva York, su ciudad natal.
La Torre Trump, en Manhattan, fue la residencia principal de Trump desde principio de los años 80 hasta que se convirtió en presidente.
“(…) la Casa Blanca, es el lugar que he llegado a amar y me quedaré, con suerte, otros 5 años apara ‘Hacer América Grande Otra Vez’, pero mi familia y yo haremos de Palm Beach, Florida, nuestra residencia permanente”, anunció el mandatario a través de su cuenta de Twitter.
Trump dijo apreciar Nueva York y a su gente, “pero desafortunadamente, a pesar del hecho de que pago millones de dólares en impuestos municipales, estatales y locales cada año, los líderes políticos de la ciudad y del estado me han tratado muy mal”. “Pocos han sido tratados peor”, señaló.
De acuerdo con el New York Times, el presidente presentó documentos de “declaración de domicilio” encaminados a cambiar su “hogar principal y predominante” hacia su resort conocido como Mar-a-Lago.
Un reporte de AP precisa que el actual inquilino de la Casa Blanca ganó 29 votos electorales en el Estado de Florida en 2016.
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La decisión respondería, según analistas, al deseo de vivir en un estado sin impuestos sobre la renta o la herencia, algo que “probablemente proporcione ahorros sustanciales para el presidente y sus herederos”.
Tras el anuncio del presidente, el alcalde demócrata de Nueva York, Bill De Blasio, no perdió oportunidad para ironizar al respecto, al manifestar sus “profundas condolencias a la buena gente de Florida”.
Varios medios coinciden que el presidente ha regresado pocas veces a su ciudad natal desde que asumió el mando de la Administración, y se estima que la razón sea la impopularidad del presidente en su estado natal.
“Trump, quien es profundamente impopular en Nueva York, se enfureció con una citación presentada por Cyrus R. Vance Jr., el fiscal de distrito de Manhattan, en busca de declaraciones de impuestos”, reseña una nota de Vanity Fair.
Mar-a-Lago, la futura residencia permanente, está considerado un inmueble patrimonial. Fue construido en la década de los años 20 del siglo pasado, con la idea de que fuera una casa de “descanso invernal para los presidentes de Estados Unidos y otros dignatarios extranjeros”.
Donald Trump compró la propiedad en 1985. En total se estima que la propiedade, que incluye el Mar-a-Lago Club, contiene más de 120 habitaciones y cerca de 10 mil metros cuadrados.