En agosto recibió una licencia extrapenal por su grave estado de salud. Pero desde entonces sólo ha empreorado, y sigue a la espera de un diagnóstico definitivo. La Dama de Blanco Xiomara de las Mercedes Cruz Miranda estuvo todo este verano ingresada en terapia intensiva en el Hospital Clínico Quirúrgico "Salvador Allende", más conocido como La Covadonga, en La Habana. Y meses después, ahí sigue, sin que hasta el momento su salud haya mejorado.
Su hija y varios activistas han denunciado que familiares y colegas no tienen apenas acceso a información detallada de su caso clínico. "Como ven, en la foto una mujer robusta se ha convertido en pocos meses en una pasita", escribió Ailer González Mena, de Estado de Sats, en su cuenta de Facebook.
"A Cruz Miranda la llevaron a prisión con buena salud el año pasado y ya hace tres meses que su estado se ha deteriorado paulatinamente y cada día se ha puesto peor, estando presa, en manos del DSE y del personal médico paramilitar", declaró Berta Soler en agosto.
"¿Por qué digo esto? Porque los médicos reciben órdenes del DSE y le han malinformado todos los días sobre el diagnóstico posible de Xiomara a sus familiares", añadió entonces.
Los diagnósticos que ha recibido esta prisionera política parecen un catauro de enfermedades. Tras su primer encarcelamiento, presentó problemas nerviosos y la Seguridad del Estado la amenazó con "tratarla siquiátricamente". En julio pasado tuvo que ser trasladada a la capital, y hospitalizada en la sala de penados de La Covadonga.
A fines de ese mismo mes fue internada en terapia intermedia con la hemoglobina baja, hígado graso, líquido en los pulmones, falta de aire y un análisis de sangre que le reportó el eritro alto, además de eccemas en la piel. Luego los médicos hablaron de una hipertensión arterial; luego de descompensación generalizada, hipoalbuminemia y un síndrome febril prolongado de etiología séptica. La última tesis que barajaron fue un "posible cáncer del pulmón".
"Xiomara y su salud deberían ser ahora mismo prioridad. (...) Se muere Xiomara delante de todos, y el régimen, una vez más se regodea en la pereza y la desidia." --denuncia González Mena, que también ha divulgado el caso en las redes sociales bajo el hashtag #XiomaraDebeVivir.
Otra activista, María Matienzo, también se ha hecho eco del caso:
Una posible opción sería una campaña para que Cruz Miranda reciba un tratamiento adecuado o una atención especializada fuera del país, pero su situación legal ahora mismo lo impide. La propia Berta Soler ha aclarado que la licencia extrapenal "es una libertad condicionada" y que la situación de la Dama de Blanco "está en manos todavía del DSE".
"Para moverse y hacer cualquier cosa, incluido salir temporalmente del país, tendrá que pedir permiso al Estado cubano", concluyó.
Soler también ha pedido hace unos días que médicos exiliados consulten a Xiomara, y ha hecho públicos dos números de teléfono para ello.
Cruz Miranda fue condenada en 2018 a un año y cuatro meses de cárcel por un supuesto delito de "amenaza". Comenzó a cumplir su sanción en la prisión de mujeres El Guatao, y luego fue trasladada a una cárcel en Ciego de Ávila, donde la hospitalizaron tras presentar lesiones en la piel, además de diversos problemas de salud que desde entonces no han hecho más que empeorar.
Al haber entrado a la cárcel en buen estado de salud, la responsabilidad última por este empeoramiento de su estado de salud corresponde, por supuesto, a las autoridades cubanas, que hasta el momento no parecen demasiado interesadas en que Xiomara se cure.