Autoridades de Guatemala localizaron a 50 migrantes cubanos que se dirigían a Estados Unidos desde la costa atlántica de ese país centroamericano, informó la víspera el Instituto Guatemalteco de Migración.
Los cubanos y dos hondureños fueron detenidos en el departamento (provincia) de Izabal, unos 300 kilómetros al noreste de la Ciudad de Guatemala, mientras la Policía Nacional Civil (PNC) informó que detuvieron a tres presuntos responsables del operativo ilegal.
El Instituto Guatemalteco de Migración detalló a periodistas que los cubanos ingresaron al territorio local vía terrestre por Honduras y que embarcaron en Guatemala. Tras ser ubicados, las autoridades los deportaron a Honduras por “incumplir los requisitos migratorios y sanitarios” de ingreso al país.
La ubicación marítima de los cubanos fue alertada por la Brigada de Infantería de la Marina del Ejército de Guatemala. Las embarcaciones fueron interceptadas por la Marina del Ejército y los migrantes recibieron atención y luego fueron remitidos a una sede de Migración, señalaron las autoridades.
Entre el grupo de 50 migrantes cubanos y hondureños se encuentran cinco menores de edad, precisó el Instituto Guatemalteco de Migración.
Debido a su posición geográfica, Guatemala es un paso natural de miles de migrantes de Centroamérica, Suramérica y de países caribeños, así como de África, entre otros, que buscan llegar a territorio estadounidense en busca de mejores condiciones de vida.
Cada año más de 500 000 guatemaltecos, salvadoreños y hondureños intentan migrar de manera irregular a Estados Unidos, pese a los riesgos que conlleva atravesar México, para huir de la pobreza y la violencia que azota la región.
Muchos latinoamericanos y especialmente cubanos buscan vías alternativas para llegar a EE. UU., desde que la administración Trump endureciera el control en las fronteras, una política que ha continuado su sucesor, Joe Biden.
En junio también trascendió que los cubanos que piden asilo en EEUU no pueden esperar una resolución de su proceso en territorio estadounidense y son devueltos a México como ocurre con todos los emigrantes hispanohablantes.
Así lo establece un acuerdo entre los gobiernos de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, el controversial programa estadounidense del Protocolo de Protección a Migrantes (MPP), que se ha extendido sin previo aviso a los peticionarios de la Isla.