“No deseamos volver a Cartagena”, ha dicho una familia chilena. “¿Cómo es posible que una prostituta le ofrezca servicio de sexo a mi hijo de 14 años?”, cuestionó, ofendida, la madre del niño. “Además, la manera como miraban a mi nena de 7 años”, añadió.
En entrevista con el diario local El Universal, la turista, quien pidió mantener la reserva, contó que todo iba bien durante el primer día en la ciudad amurallada, hasta que caminaron cerca de la Torre del Reloj, una zona ampliamente conocida por la concurrencia de trabajadoras sexuales, travestis y proxenetas dedicados a la venta de servicios sexuales.
La familia chilena fue abordada por un grupo de prostitutas y de hombres que las acompañaban, les ofrecieron servicios sexuales de manera reiterada, incluso acosándolos y, posteriormente, intentando robarles algunas pertenencias.
La señora explicó al diario cartagenero que iba caminando con su pareja, sus dos hijos y una pareja de amigos, cuando una de las trabajadoras sexuales insistía en la venta de sus servicios al punto de preguntarle la edad de su hijo e indagar cuánto estaban dispuestos a pagar por ser la primera relación sexual del menor: “¿Cuánto me paga por la primera vez de su hijo?”, le preguntó a la madre del menor.
“Los travestis y las prostitutas me ofrecían sexo, a mi marido y a la otra pareja de turistas. Hostigaban y acosaban por doquier, estirando sus manos a partes íntimas e intentaban tocarnos”, relató la chilena.
Una vez que salieron de esa zona buscaron la Estación de Policía, pero nadie los ayudó. “Al solicitar el apoyo de los uniformados, estos manifestaron que es poco lo que pueden hacer, es complicado para ellos intentar quitar a esas personas del lugar, pues ellos siempre comienzan a insultar a los uniformados bajo el argumento de que no están haciendo nada malo y que tienen derecho a estar en esa zona como minorías y demás”, relató la ciudadana chilena a El Universal. La entrevista también fue difundida por Infobae.
Tras el incidente, la madre de familia canceló los ocho días de vacaciones. Habían llegado el sábado y el lunes, día del incidente, pidió un vuelo, con conexión a Bogotá, para retornar a Santiago.
“Me voy indignada. Llegamos el sábado, por ocho días a Cartagena, pero no aguantamos más y esta misma noche (lunes) hacemos conexión con Bogotá y de allí viajamos a Santiago. Estoy llorando y me voy alterada por lo que sucedió, triste y lamentable que esto le ocurra a personas que vengan a conocer una ciudad tan bella”, dijo al medio cartagenero.
Instituciones locales advierten que los excesos nocturnos en ciertas zonas del Centro Histórico están poniendo en riesgo la permanencia de Cartagena en la lista de Patrimonios de la Humanidad de Unesco.
Autoridades locales deslizaron la intención de crear una ‘zona rosa’ para servicios sexuales, “bien desarrollada, que haga parte del atractivo de la ciudad pero reglamentada y en una zona que ofrezca seguridad e higiene”, como en otras ciudades del mundo. Por obvias razones no estará ubicada en el Centro Histórico.
Incluso, se estima que esa ‘zona rosa’ podría desarrollarse a través de una alianza público privada que atraiga inversión a la ciudad y garantice su sostenibilidad en el largo plazo. “De esta forma se podría ejercer mayor control sanitario y regulatorio sobre dichas actividades”, indicaron las autoridades.
