El expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) se pronunció el domingo contra el régimen cubano por un informe realizado por agencias de estado donde denuncia la injerencia de Cuba en la nación sudamericana de cara a los comicios presidenciales de 2022.
El documento revelado por la revista Semana, uno de los medios colombianos más prestigiosos, acusa a Cuba de ejecutar una “estrategia de injerencia en Colombia a través de la orientación de cubanos con cobertura diplomática en organizaciones sociales solidarias, la infiltración de programas de cooperación con autoridades locales y su financiación por medio del ELN”.
Uribe Vélez, uno de los políticos más influyente de Colombia, criticó que para “Cuba paz es imposición neo comunista a través del terrorismo y de sus aliados políticos”, y aseguró que en la isla “llevaron al paredón las libertades, la creatividad privada y el bienestar general”.
“No podemos permitir que Colombia sea llevada al paredón”, concluyó el expresidente a través de su cuenta de Twitter, red social en la que es muy activo.
El paredón era el mecanismo utilizado por el Che Guevara, Fidel Castro y en general la revolución cubana para fusilar a quienes no estuvieran de acuerdo con el plan político y económico que tenían los comunistas para la isla. Se estima que al menos 7 mil personas fueron asesinadas en esas circunstancias.
En las últimas horas el actual presidente de Colombia, Iván Duque, advirtió que expulsará a diplomáticos cubanos que estén realizando tareas de interferencia en Colombia, violando de este modo la Convención de Viena sobre las relaciones internacionales.
Uno de los actores principales dentro de esa estrategia es el embajador de Cuba en Colombia, José Luis Ponce Caraballo, quien presentó credenciales ante el gobierno de Juan Manuel Santos mientras Bogotá negociaba la paz con las FARC.
De él se asegura en el informe titulado “Estrategia de injerencia cubana en asuntos de independencia y soberanía de Colombia” que “habría sido expulsado de Estados Unidos por espionaje el 19 de agosto de 1996”.
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Cuba regresó en los últimos días del Gobierno Trump a la lista de países que protegen el terrorismo. Uno de los argumentos con el cual EE.UU. acusa a la isla es de no extraditar y proteger a los cabecillas de la guerrilla colombiana ELN que permanecen en su país, mientras sus fuerzas desplegadas en territorio colombiano planean y ejecutan ataques terroristas y secuestros, entre otros delitos.
Mientras un grupo de congresistas del Centro Democrático han pedido que Duque rompa relaciones con Cuba, los ex negociadores del proceso paz con las Farc del gobierno de Juan Manuel Santos, Humberto De La calle y Sergio Jaramillo pidieron agradecer al régimen castrista.
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A la petición de De La calle y Jaramillo se les unió el congresista por el Polo Democrático Alternativo, Iván Cepeda, quien rechaza, según él, “el supuesto informe oficial que habría sido elaborado por agencias de seguridad del Estado en el que se hacen toda clases de montajes, mentiras y calumnias para intentar poner fin a las relaciones con la república de Cuba”.
El Polo Democrático aseguró que además de descalificar al personal diplomático cubano, el “supuesto informe” pretende obstruir la participación de la oposición en las elecciones de 2022 y clausurar toda posibilidad de diálogo con ELN, justo en el momento en que “numerosas voces colombianas exigen avanzar en una paz total”.
El partido político, cerró el documento con la frase “Cuba tiene nuestro apoyo, agradecimiento, solidaridad y aprecio”. Y concluyó que “el supuesto informe oficial contra Cuba demuestra también la desesperación de la extrema derecha uribista por el ascenso de los progresistas”.