Si Biden se confirma “Western Union no podrá asociarse de nuevo con Fincimex”, opina experto

En 2021 los cubanoamericanos tendrán nueve congresistas y la mayoría de ellos puede actuar como “cortafuegos” si en definitiva la posible administración de Joe Biden –ganador de las elecciones según proyecciones de los medios, aunque no confirmado–, trata de cambiar la política hacia el régimen castrista
Donald Trump y Joe Biden
 

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Los cubanos de EE.UU. son unos 2,5 millones de personas en una población de más de 328 millones, pero políticamente pesan más de lo que sugieren esos números.

En 2021 tendrán nueve congresistas y la mayoría de ellos puede actuar como “cortafuegos” si en definitiva la posible administración de Joe Biden –ganador de las elecciones según proyecciones de los medios, aunque no confirmado–, trata de cambiar la política hacia el régimen de Cuba.

En la próxima legislatura, que se inicia el 21 de enero, los republicanos Carlos Giménez y María Elvira Salazar serán las dos nuevas caras cubano-estadounidenses en la Cámara de Representantes. Allí coincidirán con Albio Sires, demócrata por Nueva Jersey, Alex Mooney, republicano de Virginia Occidental, Anthony E. González, republicano de Ohio, y Mario Díaz-Balart, republicano de Florida.

En el Senado, la representación cubana está a cargo de los republicanos Ted Cruz (Texas) y Marco Rubio (Florida) y el demócrata Robert Menéndez (Nueva Jersey).

John S. Kavulich, presidente del Consejo Económico y Comercial Estados Unidos-Cuba, cree que Biden no podría hacer de un día para otro un retorno al deshielo de Barack Obama.

Aparte de que no es algo prioritario, en el Congreso, con las mayorías exiguas que va a haber en ambas cámaras (entre 2 % y 3 % entre el partido dominante y el otro, según Kavulich), será difícil sacar adelante cualquier legislación que cambie la relación comercial, económica y política con la dictadura de Cuba.

Los congresistas republicanos de origen cubano, que son siete de los nueve, pueden obstaculizar “de manera continuada o intermitente” cualquier intento en el sentido de negociar amablemente con el régimen.

Trump ganó en Florida con ayuda de los cubanos que quieren una política dura hacia el castrismo. Biden criticó durante su campaña que la política del presidente no ha hecho que Cuba ni Venezuela estén más “cerca de la libertad y la democracia” que antes, pero el exilio opina que es necesario mantenerla, porque solo con un “presión continuada” se podrá vencer a esos regímenes autoritarios, como dijo a EFE Orlando Gutiérrez, líder del Directorio Democrático Cubano.

A juicio de Kavulich, si confirman a Biden va a seguir una política de centro derecha en las relaciones internacionales y se va a enfocar en los “derechos humanos”, pero está por definir qué se entiende por ese término y cuáles serán las prioridades.

Aunque Biden esté dispuesto a hacer cambios, en La Habana no parecen haberse movido un ápice en la negativa a aceptar algún tipo a cambio de que el Gobierno estadounidense le tienda la mano.

El experto reconoce que el régimen castrista se pinta como “una víctima y piensa que, por tanto, no tiene que hacer nada para conseguir algo”. El hecho de que Obama no exigiera condiciones a Cuba fue lo más criticado de aquel proceso anunciado a fines de 2014.

El exilio cubano se queja también de que nunca fue tenido en cuenta por Obama al decidir la política hacia Cuba, algo que espera que haga Biden, si en definitiva asume en enero.

 

¿Qué cambiaría con Biden?

En su análisis, Kavulich revisa qué medidas podría revertir una administración de Biden y cuáles no. Considera “improbable” que elimine o modifique la prohibición a los estadounidenses de alojarse en hoteles o comer en restaurantes propiedad de las Fuerzas Armadas de Cuba, que reanude las operaciones de los cruceros y renueve los permisos para administrar hoteles en la isla, dice.

Pero estima posible una reanudación de los vuelos comerciales a ciudades de provincias cubanas y también una autorización a compañías de EE.UU. para exportar productos directamente a cuentapropistas cubanos, y establecer relaciones directas entre instituciones bancarias de los dos países.

También cree que se abre la posibilidad de un aumento de los topes impuestos al envío de remesas a Cuba, aunque no cree que a Western Union se le permita estar asociada de nuevo con Fincimex, controlada por militares, canal obligatorio para estas operaciones en Cuba.

En el terreno diplomático, considera probable un aumento del personal consular en la embajada de La Habana para procesar visas, pero al menos inicialmente no avizora una vuelta a los niveles diplomáticos anteriores con nombramiento de un embajador en La Habana incluido.

A su juicio, no se va a alterar de alguna manera la vigencia de los títulos III y IV de la Ley Helms-Burton, activados por Trump y que han posibilitado demandas en EE.UU. contra compañías extranjeras que operan en Cuba.

Pero sí ve posible que Biden se centre en buscar un arreglo negociado para las reclamaciones de individuos y compañías por expropiaciones de propiedades en Cuba que Estados Unidos ha certificado y que con intereses a día de hoy suman 8 mil 700 millones de dólares.

 

(Con información de EFE)

 

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