Este jueves 21 de mayo la estatal plataforma web Cubadebate, publicó un artículo donde se aborda la problemática de las colas para adquirir productos de primera de necesidad, cómo se organizan, y cuáles son los mecanismos que las tiendas pertenecientes a la cadena TRD y la corporación Cimex, utilizan para expender sus ofertas.
"La pasada semana, Milene fue a la tienda de Línea y 2 para comprar pollo. Según cuenta hay organización en las colas, a partir de la presencia de civiles y policías. En los exteriores de la unidad comercial existen rayas amarillas dibujadas en el suelo, una a continuación de la otra, para que las personas se coloquen en ellas y una vez que se acaban, las ubican en las líneas de las aceras".
"El problema –según Milene– es que la gente se desespera muchísimo y es normal. Ese día el pollo llegó a la 1 de la tarde; llegué media hora después y salimos a las 5. Se demoraron mucho más despachando el pollo que vendiéndolo. La venta fue súper rápida porque habilitaron dos cajas para agilizar la cola".
De este texto, donde se intenta ponderar la buena organización y disciplina que en la población logran los organizadores de las colas, destaca que estos últimos, a pesar de la tan polémica ley de símbolos patrios, usan un nasobuco con la bandera cubana.
"Todos los organizadores, para que sean identificados, llevan un nasobuco con la bandera de Cuba".
Esto está relacionado con la "marca país", tema que en los últimos días el régimen han tratado de explicar en varias ocasiones, sobre todo luego de que, en el marco de las actividades del pasado día mundial de los trabajadores, Miguel Díaz-Canel y su esposa, se hicieran una fotografía donde salían luciendo uno de estos nasobucos, mismo que luego de eso se ha visto en funcionarios y colaboradores de la dictadura.
Mientras artistas, activistas de la sociedad civil y opositores son perseguidos por usar la bandera, una vez más el régimen hace de esta un objeto más de su propaganda, aunque para eso tenga que pasar por sobre su propia ley.
Habría que ver qué pasaría si a algún disidente, u otro cubano cualquiera, se le ocurriera confeccionarse un nasobuco donde apareciera la bandera de Cuba, o tan siquiera, los colores que hicieran referencia a esta.
