Ramón Martinez vive en el Cristo, Santiago de Cuba. Hace 14 años el gobierno derrumbó su casa cuando estaban construyendo un Joven Club de Computación. Nadie le ha dado respuesta sobre los daños que provocaron a su vivienda.
Martínez cuenta que específicamente derrumbaron una tienda al lado de su casa para realizar este proyecto, pero su casa quedó destruida, al parecer por negligencia de quienes se encargaron de la demolición.
"E ido al partido, no me dan respuesta. Pertenecí al Ministerio de la Construcción y pagaba el sindicato pero el sindicato no atiende a nadie", comentó entrevista con ADN Cuba.
Ramón, quien residía en Varadero, tuvo que regresar a su natal Santiago de Cuba para cuidar a sus padres ancianos que se quedaron solos. Estaban en su casa hasta que sucedió el lamentable incidente y tuvieron que separarse de nuevo.
"Nunca han venido a ayudarme, a ver cómo está esto, y las paredes siguen derrumbándose. No sé qué hacer con mi vida. Pude hacer un cuarto que es donde estoy metido", agregó.
Además, el hombre padece de psoriasis y cirrosiis hepática, pero no recibe ninguna chequera de asistencia social y tiene que sobrevivir con lo poco que pueden darle familiares y amigos.
En el Cristo también vive una pareja de ancianos que no cuenta con vivienda digna desde hace 8 años tras el paso del huracán Sandy.
Hace 8 años que Fernando Fernández e Irma Pacheco viven en una casita improvisada, con piso de piedras y tierra, hecha con lo poco que les quedó luego del paso del huracán Sandy en 2012.
Desde esa fecha, ambos comenzaron a moverse en busca para que el régimen cubano les diera un subsidio o les brindara hogar y hasta la fecha han sido ignoradas sus demandas. Cada vez que van a realizar dichas diligencias son "peloteados", como se dice en Cuba a la gente que te miente y no va a atenderte.
SIn embargo, la semana anterior, estos adultos mayores recibieron ayuda del exilio cubano, a los cuales agradecieron porque ahora podrán vivir un poco mejor.