Tiembla el imperio. Se estremecen los muros del capitalismo de Norteamérica. Los creíamos sólidos, probados, indestructibles, pero ahora el modelo cubano amenaza sus estructuras y han empezado a desmoronarse.
Lo reveló en un twitt el joven cubano Raúl Alejandro Palmero con estas sencillas y sentidas palabras, que brotan del corazón sincero de un revolucionario bisoño: "Cuba los pone a temblar".
“El Bloqueo no es más que un acto de profunda COBARDÍA e IMPOTENCIA por parte de los yanquis y sus mascotas. Si nuestro modelo económico se desarrolla, eso lo saben, el IMPERIO y la mafia parásita tendrían sus días contados sin necesidad de un solo Tiro”, afirmó.
Así que no se froten las manos los gusanos, vendepatrias y agentes de la CIA que pululan por la calle 8 de Miami. El modelo cubano arranca sus motores y el futuro llegará mucho antes, incluso, de lo que tenía planificado el buró político del PCC.
Cuba no lo había hecho hasta ahora porque se estaba reorganizando, probando poco a poco sus fuerzas, alistando sus piezas para la gran batalla final. La isla lo mantuvo en silencio, porque “hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas”, como escribió José Martí. Pero ha llegado el momento de barrer con el gigante americano, revuelto y confuso.
Hicieron jugadas de engaño, como el gordito criminal de Corea del Norte, Kim Jong-un, que fingió estar muerto solamente para ver qué entierro le organizaban. La economía de la isla hizo lo mismo. Como un habilísimo camaleón se mimetizó y parecía hundida, en una crisis insalvable, pero no. La llamada “reconversión económica”, que desmanteló los centrales azucareros, y dejó en aparente desamparo a una gran masa laboral de macheteros, obreros y agricultores, fue un espejismo para engañar a la gran potencia.
Cuba está ahí, más viva que nunca, y habrá que temerle. Su sistema, que se creía ineficaz, ya se ha ido probando en secreto en zonas remotas de la isla y si no se nota la prosperidad es porque la prensa tiene orientado no divulgarla para no crear alarmas innecesarias y a destiempo. Hasta se pensaba que el cubano de la isla no producía nada, y era simplemente porque se está reproduciendo y viajando por el mundo para recolectar experiencias.
Pero ya verán los del norte la sorpresa que esa pequeña, valerosa, inquebrantable y obstinada tierra les dará. La población ha acordado en secreto cumplir todo lo que prometió en su tiempo el comandante invicto, y pronto habrá tantas vacas que los automóviles de fabricación cubana -que funcionan con bagazo- no podrán ir a mucha velocidad por las calles y avenidas. Y la industria ligera se convertirá en pesada, y destronará a USA en todos los renglones de exportación, incluso en renglones que no se exportan.
Cuba no esperará a que los yankees levanten el bloqueo, que es un acto de cobardía, sino que le pagará con la misma moneda y hará caer el dólar americano. Más pronto que tarde todas las operaciones comerciales de los Estados Unidos de América tendrán que ser en pesos cubanos. Y entonces, con esa fuerza inesperada que da la confianza en el socialismo y en una economía científicamente planificada, la diminuta isla de Cuba le impondrá un bloqueo brutal al gigante del norte.
Y los gusanos y vendepatrias llorarán por una recarga telefónica esperando remesas de sus familiares prósperos del otro lado. Y hasta los agentes del FBI querrán ser seleccionados para superarse en Cuba con la policía cubana, que es la quinta mejor del mundo. Y habrá que recrudecer la vigilancia costera, porque es probable que miles de ciudadanos norteamericanos -con sus mascotas- se lancen a las aguas del estrecho para llegar a la luz victoriosa de esa isla donde se instale para siempre el porvenir.