Noruega dio hoy un nuevo paso en la normalización con la apertura de algunos pequeños comercios, que se suma a la reanudación de la actividad en guarderías y escuelas.
El gobierno justificó el inicio de la reapertura con el aval de las autoridades sanitarias ante la buena evolución de la epidemia, con descenso continuo del número de ingresos hospitalarios y un índice de contagio por persona infectada inferior a uno.
Las autoridades noruegas impusieron una serie de normas, como que los niños sean divididos en grupos pequeños, pasen el máximo tiempo posible en espacios abiertos y no traigan juguetes de casa, además de extremar la higiene.
“Es importante abrir para los más pequeños, porque sabemos que son los que menos enferman. En las escuelas habrá que hacer más ajustes. También es importante para el desarrollo de los niños estar con otros y recibir contenidos pedagógicos”, declaró este 20 de abril la primera ministra noruega, Erna Solberg.
Noruega mantiene su plan de reabrir las escuelas para todos los cursos antes de las vacaciones de verano. También pueden reanudar sus actividades dentistas, psicólogos, fisioterapeutas, ópticas y podólogos, entre otros; a partir de la semana próxima, peluquerías, masajistas y tatuadores.
La reapertura de pequeños comercios está plagada de restricciones, que incluyen desde eliminar las salas de espera hasta limitar el número de clientes, extremar la higiene y usar mascarillas y otro material protector.
En Noruega finaliza también la prohibición de pasar la noche en una segunda residencia situada en otro municipio, dictada hace un mes para impedir la propagación del virus en las regiones más aisladas.
Se trata de una primera fase de normalización de la actividad económica, a la que podría seguir el próximo mes una reapertura controlada de bares y restaurantes.
Las autoridades dijeron que se trata de una normalización lenta y gradual y que puede ser revertida en caso de una evolución muy negativa, si bien se da por seguro que habrá un aumento de los contagios.
El Gobierno noruego ha anunciado además que quiere alargar un mes más la ley que le da poderes especiales al Ejecutivo para actuar durante la crisis. Y las perspectivas de una normalidad similar a la de antes de la pandemia parecen muy lejanas: la Agencia de Salud Pública noruega dio por hecho que no habrá ningún evento multitudinario este año.