Medio oficialista responde sobre incidente con cadáver en las calles de Pinar del Río

A nadie le asombra la respuesta del periódico Guerrillero sobre el caso del muerto, porque ya sabemos lo que es: el gramófono del Partido allá en Pinar del Río
 

Reproduce este artículo

Tarde y con desgano, un medio oficialista acaba de dar su versión sobre la muerte de un pinareño en condiciones de total abandono, cuyo cadáver fue tratado como si fuese el de un apestado por policías y trabajadores funerarios.

ADN Cuba reportó con detalle el caso de ese hombre, Jesús Herrera, de 69 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial, alcoholismo crónico y desnutrición proteica calórica, padecimientos que lo convertían en vulnerable al coronavirus.

Muerto en la calle -al parecer no tenía casa ni familia-, su cuerpo quedó junto a un poste por dos horas, y cuando al fin llegaron la policía y los trabajadores de la funeraria, el video compartido por cientos de cubanos en redes sociales muestra la pasividad ante el hecho por el miedo a infectarse de esas personas.

Al difunto Jesús por poco lo dejan tirado en la acera si no es por la intervención de los vecinos, que alentaron y ayudaron a los uniformados y los empleados del carro fúnebre para que se llevaran el cuerpo.

El usuario Emanuel de Jesús compartió el video en redes sociales donde se ve todo esto. Emmanuel es presidente del CDR donde ocurrieron los hechos y militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (para que nadie sospeche).

Según su relato, los vecinos tuvieron casi que forzar al difunto Jesús para que fuera en la tarde al hospital Pedro Borrás a tratarse. A pesar de que Emmanuel pidió ayuda a las autoridades para atender a un desamparado, nadie contestó.

De ahí la molestia suya y sus convecinos cuando, al conocer que había muerto, ni siquiera mandaron una ambulancia para que se llevaran el cadáver y hacerle pruebas por si tenía el coronavirus, sino que directo fueron a sacarlo de allí. Y ni siquiera eso, por la pasividad de policías y trabajadores.

Todo esto ya lo conocemos. Pero el periódico pinareño Gurrillero dio su versión de los hechos, muy escueta, donde no dice nada sobre lo que pasó en el barrio de Emmanuel.


Gira sobre la atención que recibió Jesús en el Pedro Borrás, en donde fue atendido por síntomas de hipoglicemia y de donde se marchó “por su propia voluntad” al recuperarse. Evidentemente los médicos no le prestaron mucha atención.

“Aunque algunas personas refirieron que se trataba de un deambulante, la Dirección de Trabajo en Pinar del Río declaró no tenerlo en sus registros”, indicó el diario, como si para ser mendigo, que es el término correcto, haya que garabatear la firma en un papel y dar cuenta de lo que uno hace, como mendigo, a la burocracia estatal.

Guerrillero nada dijo sobre lo que molestó a todo el mundo: el miedo de los policías y los trabajadores funerarios a tocar el cadáver. Y el punto no está en el miedo en sí, que es un sentimiento natural, sino en el trato hacia el muerto, humano como quienes lo rodeaban, a todas luces injustificable.

Ya se sabe que en la Cuba socialista todos son iguales, pero hay algunos más iguales que otros, y entre ellos no están los mendigos.


Por último, el periódico bien podía caminar astutamente por entre el revuelo momentáneo de este suceso señalando a los culpables en su culpa –que no fueron ni Fidel ni Raúl, los intocables-, pero decidió responder con la típica soberbia castrista.

“Nadie tiene derecho a tocar ni con el pétalo de una rosa a la policía y los empleados estatales, ni hacer crítica de lo que hago y digo”, parece decir ese periódico. Y a nadie le asombra, porque ya sabemos lo que es: el gramófono del Partido allá en Pinar, la tierra del Habano y la Guayabita.

Y si a alguien le queda duda de que esto es soberbia y falta de imaginación –y eso que la imaginación, dicen ellos, es atributo de los revolucionarios-, lean el párrafo con que cierra el artículo:

“Esta es la verdadera historia del lamentable suceso que ocurrió el domingo en la calle Adela Azcuy de la ciudad de Pinar del Río y sobre el cual se ha construido una campaña de descrédito contra nuestro país, poseedor de un sistema de salud reconocido a nivel mundial”.

 

Relacionados