Esta edición del Super Bowl se esperó con ansías, no solo porque los equipos de Kansas City y San Francisco se enfrentaron a duelo, sino además por el atractivo show del medio tiempo que estuvo a cargo de las dos estrellas latinas femeninas de la música que más presencia tienen a nivel mundial, Shakira y Jennifer Lopez.
Si bien, durante años se rumoró que entre la “Diva del Bronx” y la barranquillera existía una rivalidad, la cual llegó a ser real entre sus fans, en las últimas semanas ambas han demostrado lo contrario y el reciente mensaje que Jennifer le envió a la colombiana lo demuestra.
La neoyorquina aseguró estar muy emocionada por protagonizar el show de medio tiempo de uno de los eventos deportivos más importantes a nivel mundial, ya que fue un sueño que ella y sus padres tuvieron desde que ella era pequeña, y señaló estar muy feliz de compartir escenario con Shakira, pues su presentación rendirá tributo a los latinos.
Tal es la euforia que siente por este día, que Jennifer Lopez quiso mostrarla al mundo y aprovechó su cuenta de Instagram para enviar un lindo y emotivo mensaje a Shakira, previo a su esperada presentación en el Hard Rock Stadium, de Miami.
“Muy emocionada de compartir el escenario contigo esta noche @shakira. Vamos a demostrar al mundo que dos pequeñas latinas sí pueden”, escribió la “Diva del Bronx” acompañando una imagen en la que se puede ver la silueta de ambas arriba del escenario abrazándose.
El post de Jennifer Lopez de inmediato arrasó con más de un millón 300 mil likes, a tan solo dos horas de su publicación, pues ambas famosas se apoderaron de la atención mundial por esta presentación que promete ser espectacular.
DOS DIVAS LATINAS EN EL SUPER BOWL
Ambas habían prometido convertir el espectáculo más visto del año en una celebración global de la cultura latina y no han decepcionado. Ante una audiencia de más de 100 millones de personas y la ciudad de Miami como escenario simbólico, Jennifer Lopez y Shakira desplegaron todas sus armas para brillar en el espectáculo del intermedio de la Super Bowl, el evento de mayor magnitud al que puede aspirar cualquier artista en el mundo. Durante 14 minutos, la neoyorquina y la colombiana aprovecharon al máximo cada segundo en pantalla para exprimir sus mayores éxitos en un apabullante show de baile, luz y color que prescindió de la pirotecnia e infraestructura utilizadas por otras como Lady Gaga o Katy Perry, pero que no permitió pestañear a los espectadores.
La de Barranquilla demostró su versatilidad no solo como intérprete sino también como música (tocó guitarra y batería) y bailarina, desplegando sus icónicos movimientos de cadera. Vestida por completo de rojo, interpretó temas como She Wolf, Empire o Whenever Wherever. En los seis minutos que duró su bloque en solitario, también tuvo tiempo para hacer guiños al trap y al reguetón con canciones como Chantaje y contó con la colaboración de Bad Bunny, el puertorriqueño convertido en una de las grandes sensaciones musicales del momento, con quien versionó hits recientes como I like it y Callaita, antes de encender el escenario con su Hips don't lie. "Hemos escalado el Kilimanjaro y los latinos hemos hecho historia esta noche", afirmaría en su cuenta de Twitter tras la victoria de los Kansas City Chiefs sobre los San Francisco 49ers.
La cantante apostó para la ocasión por un conjunto rojo de falda y top a juego creado por el diseñador Peter Dundas, que ya ha trabajado vistiendo a artistas como Beyoncé o Rita Ora. Según contó a Vogue el estilista de la cantante, Nicolas Bru, la última en vestir de rojo en la Super Bowl fue Diana Ross en 1996, motivo por el cual se decantó por este color. Shakira coronó su conjunto con unas botas a juego obra del artista Daniel Jacob, más conocido con el nombre de su marca, The Dan Life, en la que elabora piezas-joya con un punto infantil.
Las botas creadas para Shakira estaban formadas por 30.000 cristales y requirieron de 10 días de trabajo, tal y como explicó el artista en su cuenta de Instagram. Aunque en su tienda online solo es posible hacerse con un único modelo de calzado (el grueso de sus creaciones son colgantes), sus zapatillas Nike cuajadas de brillantes tienen un precio de 7.500 dólares (unos 6.776 euros), lo que sirve para hacerse una idea del elevado coste de las botas elaboradas para Shakira dejó saber por su parte S Moda
En tanto Jennifer Lopez tomó el relevo con Jenny from the block, uno de sus primeros éxitos como solista. La del Bronx demostró también las dotes adquiridas en el pole dance gracias al filme Estafadoras de Wall Street mientras sonaban otros incunables de su discografía como Waiting for tonight, Get it right o Ain’t it funny. Al igual que en el caso de su compañera de actuación, otro célebre cantante de reguetón la acompañó en el escenario: en este caso, el colombiano J. Balvin, que disparó los decibelios con Mi gente.
La del Bronx irrumpió en el escenario vistiendo un body de cuero negro que estaba firmado por Versace. La cantante, que es imagen de la marca en su campaña para la próxima primavera-verano, mantiene una larga relación con la etiqueta capitaneada por Donatella. Ella fue la encargada de cerrar su último desfile vistiendo un diseño inspirado en el vestido viral que impulsó la creación de Google Images. En esta ocasión la casa italiana diseñó un body sin mangas adornado con tachuelas doradas y cristales que necesitó de 400 horas de trabajo para su creación y estaba inspirado en una sesión de fotos de la edición estadounidense de Vogue en 1991 que partía de la figura de Marlon Brando.
En el segundo cambio de ropa la artista lució un ajustado traje plateado confeccionado con 800 piezas de cuero, 12.000 lentejuelas plateadas y 15.000 cristales de Swarovski, todo cosido a mano sobre un tul que imitaba el tono de su piel. Para terminar, la cantante llevó otro body, en este caso plateado, con flecos de malla de metal y cristales que, en un principio, combinó con una gigantesca capa de plumas que rendía homenaje a las banderas de Puerto Rico y Estados Unidos.
Con ella dio paso a On the Floor para protagonizar el gran momento de la noche: su hija Emme, de 11 años, subía al escenario liderando un coro de niños para cantar Let's get loud. Shakira se unió a ellas, esta vez vestida de dorado también a cargo de Peter Dundas, y al ritmo del Waka Waka cerraron una actuación que ha recibido críticas entusiastas en prensa y redes sociales.