El boxeo olímpico cubano está viviendo la incertidumbre que atraviesa la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA) pese a que los medios deportivos locales soslayan esta negativa influencia.
Ya al menos, los púgiles antillanos se enteraron hace unas horas que Buenos Aires organizará el Torneo Preolímpico a fines de marzo próximo con vistas a los Juegos de Tokio en 2020, luego que el Mundial de Rusia en septiembre se quedara sin los cupos olímpicos ofertados luego de las sanciones del Comité Olímpico Internacional (COI).
El COI ratificó esta semana que ha eliminado de cualquier tipo de vínculo con la organización del certamen olímpico al Comité Ejecutivo de la AIBA del que es miembro el cubano Alberto Puig donde se encarga de la Serie Mundial semiprofesional.
Puig , presidente de la Federación Nacional, ha mantenido un hermético silencio dentro de la isla sobre esta crisis, a pesar de las duras críticas vertidas en un severo informe de un comité de investigación nombrado por el COI, contra el gobierno de la AIBA.
La AIBA, además de no contar hoy con el reconocimiento del COI , se ha declarado en bancarrota.
Este suceso podría estar perjudicando a los boxeadores cubanos en cuanto a los premios a ellos asignados por su incursión en la Serie Mundial, un evento semiprofesional de la AIBA, en la que los boxeadores participantes reciben un salario mensual entre 1000 y 3000 dólares, junto a un premio adicional que oscila entre 500 y 2000 dólares, de acuerdo al desenvolvimiento en el certamen.
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Cada federación es soberana para establecer la forma en que reparte el dinero.
Domadores, el nombre de la franquicia cubana, es la ganadora de las últimas versiones de la Serie Mundial que tampoco otorgará ya boletos olímpicos y de la cual aún no se sabe su destino.
El federativo cubano se encuentra en estos momentos en Ginebra, Suiza, donde asistió a una reunión emergente del Comité Ejecutivo de la AIBA este jueves que acordó realizar un Congreso extraordinario el próximo año para la elección de una nueva presidencia en sus intentos de volver a recuperar el reconocimiento del COI.
La AIBA está en quiebra al depender de los recursos que le entrega el organismo olímpico provenientes de los ingresos por los derechos olímpicos de la televisión.
El boxeo sigue siendo la principal esperanza de Cuba para los próximos Juegos Olímpicos a pesar de seguir sufriendo importantes deserciones.
Hace un año el doble campeón olímpico, el cienfueguero Robeisy Ramírez, y el doble campeón mundial camagüeyano Joahnys Argilagos, cruzaron la frontera mexicana hacia Estados Unidos, y están a punto de sus primeros combates en el profesionalismo.
Justo hace 10 años, otro bicampeón olímpico, Guillermo Rigondeaux, llegó a la Unión Americana por la misma vía, un año después de su colega campeón mundial Erislandy Lara, tras su fallida deserción en los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007.