Cinco atletas cubanos salieron al campo y pista del Mundial de Eugene, Estados Unidos, en la cuarta jornada de competencias, pero ninguno consiguió estrenar el casillero de las medallas para la isla.
Con apenas 20 años, la triplista Leyanis Pérez quedó cuarta en el triple salto y mejoró su marca personal. Esto fue lo mejor de Cuba en dicha jornada y quizás clasifique de lo mejor del torneo para la delegación cubana.
En su primer campeonato del mundo, Pérez alcanzó en un segundo intento su mejor marca personal, con 14.70 m. Hasta la penúltima ronda, la cubana iba tercera, pero allí la norteamericana Tori Franklin la aventajó por dos centímetros, con 14.72 metros. Por supuesto, la prueba la dominó Yulimar Rojas, con 15.47 m, seguida de la jamaicana Shaniecka Ricketts (14.89 m).
En el salto de altura, el joven Luis Zayas, terminó sexto con 2,27, por debajo de su marca, pero que lo empuja a ir mejorando, salto a salto. En el mundial de Doha, en 2019, fue mejor, con un quinto puesto. En esta ocasión, la altura la dominaron el catarí Mutaz Essa Barshim, otra vez campeón con 2.37 m, el sudcoreano Sanghyeok Woo, plata con 2.35 m, y el ucraniano Andriy Protsenko (2.33).
El velocista cubano Shainer Reginfo entró en quinto lugar en una de las series clasificatorias de los 200 metros planos y concluyó su actuación en este Mundial, luego de también quedar eliminado en los 100 metros. Al menos, se mantuvo estable en el tiempo de sus carreras.
Finalmente, dos cubanas vieron acción en la clasificación del disco. La actual campeona mundial, Yaimé Pérez, clasificó a la final en su primer intento con disparo de 65.32 m, lo mejor del año para ella. Aquí está la única posibilidad real de medalla para Cuba en Eugene. La otra discóbola, Silinda Morales, quedó en el escaño 16°, con un envío de 58.73 metros.