Los Dodgers de Los Ángeles consiguieron en el sexto juego de la Serie Mundial, el ansiado título, el séptimo de su historia y el primero desde 1988, después de haber llegado al Clásico de Octubre por tercera vez en las últimas cuatro temporadas.
Y lo hicieron derrotando tres carreras por una, a los fabulosos Rays de Tampa Bay, comandados por el cubano Randy Arozarena que disparó su cuadrangular número 10 e impuso récord en una Serie Mundial. Por los campeones, los mexicanos Víctor González y Julio Urías hicieron una faena extraordinaria en el sexto juego de la Serie Mundial.
Después de intercambiar victorias en los cuatro primeros choques, los Dodgers ganaron el quinto y trasladaron mucha presión a los Rays para el sexto juego en Arlington, donde no pudieron contar con uno de sus mejores jugadores, Justin Turner, tras dar positivo a la Covid-19.
Los Rays buscaban su primer título de su historia, pero han vuelto a caer, tal como les sucedió en 2008 contra los Philadelphia Phillies y a pesar del empuje de cubano, que evidenció que uno solo no puede ganar un título en un juego de equipo, como el béisbol.
El título de este año los Dodgers lo sumarán a los que la franquicia ganó en 1955, 1959, 1963, 1965, 1981 y 1988, pero que se ha convertido en el más deseado y esperado después de haber sido el equipo dominante de la Liga Nacional durante los últimos ocho años, como lo demuestran los ocho banderines consecutivos que tienen de la División Oeste, en sus vitrinas.
Además, por primera vez en este siglo, la ciudad de Los Ángeles puede presumir de tener al campeón de la MLB y NBA al mismo tiempo con Dodgers y Lakers.