"Síndrome de La Habana", una exposición oficialista para una Bienal del régimen

El Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, en su Edificio de Arte Cubano, anunció la muestra Síndrome de La Habana, una instalación sonora resultante de la colaboración entre los creadores Wilfredo Prieto, de Cuba, y Gabriel Orozco, de México, como parte de la 15 Bienal de La Habana. El evento oficialista de artes visuales que incluirá esta pieza ha generado una intensa polémica entre artistas e intelectuales cubanos debido a la situación que vive el país en la actualidad.

La propuesta de Prieto y Orozco, según el Departamento de Prensa del Museo, estará conformada por 32 pistas de audio que recogen diferentes sonidos captados de manera aleatoria por toda la ciudad capital del país durante el año 2022. 

El título de la obra ironiza la constelación de síntomas neurológicos, comúnmente conocidos como "Síndrome de La Habana", que ha afectado a los diplomáticos estadounidenses en países extranjeros, entre ellos Cuba, desde 2016. Un año después, las relaciones diplomáticas entre Washington y la isla entraron en tensión por este tema, al punto de que se retirara a más de la mitad del personal estadounidense de su sede en Cuba.

Desde su perfil de Facebook, la historiadora del arte y activista cubana Salomé García Bacallao denunció que esta exposición se anuncia justo la misma semana en que se publicó más información sobre las bases de espionaje chinas en Cuba, y que una comisión de investigación del Congreso de la Cámara de Representantes de Estados Unidos concluyera que un adversario extranjero -como podría ser Rusia-, probablemente estuviera detrás de algunos de los incidentes de estos eventos sonoros que han afectado a oficiales en varios lugares del mundo.

Los medios de propaganda del régimen, además, han señalado recientemente a la comunidad de inteligencia de Estados Unidos por "intentar frustrar" la investigación, alegando que ese "fue un vil pretexto para incluir a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo y reforzar el bloqueo genocida con más de 240 medidas", de acuerdo al propio dictador Miguel Díaz-Canel desde su cuenta en la red social X.

"La obra pretende, a partir de un conflicto político, crear una situación poética, un paisaje sonoro con diversos elementos de la cotidianidad que pueden pasar desapercibidos en la vorágine del día a día", dice la invitación a visitar Síndrome de La Habana. 

No resulta casual la presentación de una obra con este título y contenido en el contexto actual. Tampoco lo es su inclusión en un evento calificado por algunos sectores de la comunidad artística cubana -incluso desde años anteriores- como un acto cínico del régimen para "proyectar una imagen de estabilidad cultural ante el mundo", mientras reprime voces críticas y desvía la atención internacional de la situación de los derechos humanos en la isla,

Wilfredo Prieto, apolítico según él mismo, fue el artista que en 2021 salió en sus redes sociales con una pancarta donde se podía leer "Presidente Biden, el embargo comercial de 60 años a Cuba no es una broma. Debemos terminarlo ahora. #NoMásBloqueo".

El post del también curador fue aplaudido por los medios oficialistas de prensa en Cuba y por simpatizantes del régimen en su momento, pero muchos activistas le recordaron que por la misma iniciativa apresaron a Luis Robles, el joven que caminó por el boulevard de San Rafael en la capital con un cartel que pedía libertad para los cubanos y el cese de la represión policial.

Prieto fue alabado por la dictadura mientras Robles enfrentó un juicio donde la Fiscalía pedía seis años de cárcel en el mismo país.

Wilfredo Prieto es, además, el artista que en 2015 presentó en una Bienal europea como pieza artística un vaso de cristal medio lleno de agua, "Vaso medio lleno", por más de 22.700 dólares y que finalmente fue vendida por un precio superior. 

Otras de sus polémicas obras en los últimos tiempos está ubicada junto a Zaza del Medio, pueblo natal de Prieto (1978), en la provincia central de Sancti Spiritus, y es el complejo de 49 hectáreas nombrado "Viaje Infinito", que presentó en 2021 como «una autopista en medio de la nada», y está compuesta por una enorme carretera de cuatro carriles fabricada con cemento ecológico e iluminada con energía procedente de paneles solares. Esto, en un país que no ha logrado concluir la Autopista Nacional, donde el 75% de los viales cubanos está en regular o mal estado, según datos oficiales, y donde 729 cubanos murieron en 2023 por accidentes de tránsito, muchos a consecuencia del deterioro de carreteras, algo "que no se logra contener y que crece cada año", afirmaron las autoridades. 

La obra, que incluye otros espacios: mirador, cafetería y cabañas, se ha ejecutado bajo la figura jurídica de un "proyecto de desarrollo local" y cuenta con el apoyo de entidades gubernamentales. 

Por su parte, el mexicano Gabriel Orozco, reconocido como "el artista de los millones", se convirtió en uno de los creadores preferidos durante el mandato de Vicente Fox (2000-2006) y en la posterior administración de Felipe Calderón (2006-2012), afirma una publicación del diario El Universal en 2006. Con el pasado presidente, Andrés Manuel López Obrador, no le fue diferente: le fue encargado el proyecto millonario "Chapultepec: Naturaleza y Cultura".

No es de sorprender entonces encontrar a dos artistas como Prieto y Orozco unidos en un proyecto de este tipo.

Este 2024 artistas y curadores como Solveig Font, Coco Fusco y Hamlet Lavastida, entre otros, remarcaron en una carta abierta publicada en la revista Letras Libres que, aunque el lema de la Bienal es Horizontes compartidos, en realidad "el evento consolida una simulación de autonomía artística" bajo control estatal.

"La Bienal de La Habana 2024 está siendo diseñada para desviar la atención internacional de los persistentes abusos de los derechos humanos de nuestro país y de su esfuerzo sostenido por erradicar las voces críticas de la cultura cubana. No pretendemos impedir que el gobierno cubano lo haga, solo que el resto del mundo conozca la verdad que se esconde tras su máscara", concluye la misiva de los jóvenes creadores,  que también está firmada por Celia Irina González, Julio Llópiz-Casal y Yanelys Nuñez Leyva.

En su promoción, la Bienal de La Habana centra su mirada en proyectos alternativos y en la participación internacional, sin abordar siquiera la realidad de los artistas y ciudadanos cubanos, a pesar de que, según un estudio de 2023 del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, el 88% de la población de la isla vive en la pobreza extrema.