Paciente de Londres se convirte en segundo caso de curación del VIH en el mundo

El llamado Paciente de Londres se convierte en la segunda persona en el mundo en haber logrado eliminar el VIH, después de que el “Paciente de Berlín”, hace 12 años se sometiera también a dos trasplantes de células madre
Imagen de referencia de una prueba de VIH en sangre. Foto: La Vanguardia
 

Reproduce este artículo

Adam Castillejo, un londinense de 40 años, se ha convertido oficialmente en el segundo paciente con VIH en curarse en el mundo, reportó este martes el diario La Vanguardia.

El año pasado se supo la noticia de un hombre con VIH que, tras sufrir un cáncer, se había sometido a un trasplante de células madre de la médula ósea y parecía haberse curado de ambas enfermedades.

Ello avivó la esperanza de que era posible encontrar una cura para este virus. Sin embargo, entonces, los científicos pedían cautela e insistían que aún era pronto para hablar de curación, dijo el diario.

Ahora, después de que el hombre, al que antes de revelarse se verdadero nombre apodaban ‘el Paciente de Londres’, lleve 30 meses sin tomar tratamiento antirretroviral y sin signos detectables del virus en el cuerpo, los investigadores consideran que, en efecto, se ha curado.

Adam Castillejo decidió hacer pública su identidad el lunes en una entrevista con el The New York Times, donde reveló que había convivido con el VIH desde 2003.

Se convierte así en la segunda persona en el mundo en haber logrado eliminar el VIH, después de que un primer individuo, el “Paciente de Berlín”, hace 12 años se sometiera también a dos trasplantes de células madre, en 2007 y 2008, para tratar un cáncer y lograra curarse de ambas enfermedades, añadió La Vanguardia.

 

 

Y podría haber una tercera persona curada, un paciente de Düsseldorf, Alemania, quien por el momento lleva ya 14 meses con el virus indetectable en ausencia de medicación.

El reporte de La Vanguardia dijo que el tratamiento antirretroviral es esencial para mantener la infección de VIH bajo control: reduce la concentración de virus en el organismo y el riesgo de transmisión; e impide que la infección por VIH acabe provocando SIDA, la enfermedad.

Cuando una persona portadora del VIH interrumpe el tratamiento, el virus rebrota en las primeras cuatro semanas.

El hecho de que en los tres pacientes que han logrado curarse de VIH no hayan tenido rebrote del virus se debe a que recibieron un trasplante de células madre de donantes que tenían dos copias de una mutación que provoca que los glóbulos blancos, las células de defensa del organismo, sean resistentes al VIH.

Al hacerles el trasplante, conforme las células del donante van reemplazando las de la persona con el virus disminuyen las posibilidades de que el VIH se replique y, por tanto, que pueda seguir infectando. Y, como demuestran estos tres casos, el virus acaba desapareciendo.

 

 

“Cuando se publicó el caso de Londres insistimos en no hablar de cura porque, aunque 18 meses invitaban mucho al optimismo porque no se había visto un intervalo tan largo desde el Paciente de Berlín, queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas”, afirma Javier Martínez-Picado, investigador Icrea en IrsiCaixa y co-coordinador de IciStem.

En 2012 a Adam Castillejo, el Paciente de Londres, le diagnosticaron un linfoma de Hodgkin, un cáncer que afecta a las células del sistema inmunitario, y en 2016 se sometió a un trasplante de células madre.

Aquí la clave está en que los médicos eligieron a un donante con la mutación CCR5 Delta 32, que protege de forma natural frente al VIH puesto que impide la entrada del virus a las células diana del VIH, los linfocitos T CD4, un tipo de glóbulo blanco.

Dieciséis meses después, los médicos decidieron interrumpir el tratamiento retroviral y en marzo de 2019, la revista Nature ya recogía en un artículo que El Paciente de Londres llevaba 18 meses sin virus detectable en sangre.

Ahora, 30 meses después los investigadores han anunciado que la carga viral en sangre continúa indetectable, también en líquido cerebro-espinal, tejido intestinal y linfático, y semen.