Roberto Vaquero, ex alumno del líder de Podemos Pablo Iglesias en la Universidad Complutense, es noticia estos dias en España por un video promocional de su campamento de verano, en el que llama a "forjar militantes comunistas".
El video, comentado por el diario El Mundo, está filmado en León y en él aparecen 250 jóvenes, bien cuadrados y puño en alto, vitoreando al comunismo. Una voz en off explica que se trata del retrato de un "campamento de la Juventud Marxista Leninista", cuyo objetivo es "Prepararse físicamente para nuestra vida militante".
Según sus propias palabras, el grupo pretende demostrar que "existe una alternativa al ocio destructivo del capitalismo". Una "juventud de combate", alejada de esas "juventudes que se denominan comunistas y están podridas por el posmodernismo"... La grabación es, aparte de la perorata, una sucesión de imágenes de muchachos haciendo flexiones, peleando, recibiendo doctrina... Termina con una promesa: la de que seguirán "caiga quien caiga". Y un juramento: "Venceremos", entre loas y una explosión de fondo.
Muchos lo han visto como un campamento propio de un grupo paramilitar. El de este verano ha sido el tercer campamento organizado por las juventudes del pequeño Partido Marxista-Leninista (Reconstrucción Comunista), y el de mayor afluencia. Su líder y fundador es Roberto Vaquero Arribas (Madrid, 1986), ex alumno de Pablo Iglesias en la Universidad Complutense y situado más a la izquierda que el líder de Podemos. "Lo han vendido como si fuera un entrenamiento de los Navy Seals, pero son sólo chavales practicando una vida sana", defiende Vaquero. En el vídeo que ha difundido la formación se le ve dando una conferencia y también practicando boxeo con sus reclutas.
Vaquero no es un desconocido para las autoridades policiales españolas. En octubre de 2018, fue condenado a dos años y tres meses de cárcel por un delito de pertenencia a grupo criminal. El caso se abrió a raíz de que en 2014, según la sentencia de la Audiencia Nacional, "en el seno de Reconstrucción Comunista" buscaban voluntarios para desplazarse a Siria y unirse a un grupo kurdo para combatir al Daesh, cosa que acabaron haciendo dos militantes. Además, Vaquero, como secretario general del partido, y otros dos compañeros "asumieron que la defensa de sus ideas políticas requería el empleo de la fuerza y la violencia", y para ello empezaron a proveerse de armas blancas que siempre llevaban encima. En su casa le encontraron un machete, cuatro cuchillos, un hacha... Y en la sede del partido, componentes que podrían ser usados para elaborar explosivos. El líder, que fue absuelto de tenencia de explosivos, se declara inocente de todo, víctima de un delator... Y está a la espera de que el Supremo se pronuncie.
Hace tres años, tras pasar 50 días en la cárcel de forma preventiva, Vaquero cogió sus maletas y se fue a Barcelona. A trabajar en hostelería, como camarero. Tenía que reorganizar su partido tras un año en el que, por resolución judicial, su licencia fue suspendida. Algunos lo ven como un líder mesiánico de una formación que, en sus palabras, supera los mil integrantes...
El partido nació como escisión del Partido Comunista en 2009 y se inscribió en el Ministerio del Interior cinco años más tarde. Y ha desfilado por el centro de Madrid con los rostros de Marx, Lenin e incluso Stalin. También en Barcelona, en homenaje a la Revolución Soviética.
La de Roberto Vaquero es una historia que comienza en su niñez entre Pozuelo de Alarcón y Moncloa-Aravaca, en una familia conservadora de la cual no quiere hablar. "Me crié en el mismo barrio que Íñigo Errejón, era mi vecino". A los 16 años se afilió al Partido Comunista. Después se matriculó en Ciencias Políticas. En la facultad fue un alumno díscolo de Pablo Iglesias. "Lo conozco bien, yo fui el único que, cuando él dio clases imitando una escena de El club de los poetas muertos, no me subí a la mesa como los otros". Lo critica abiertamente: "No me gustaba. Era y es un postmoderno... Niega la lucha de clases. Yo le veo en la ruina. En un pozo. No creo que tarde muchos años en salir de la política. Ideológicamente ya no es nada. Va a peor. Es como el apéndice del PSOE".
A pesar de provenir de uno de los municipios más acomodados del país, Vaquero se define como "obrero de verdad". "He vivido en un barrio de gente forrada siendo pobre". ¿En qué ha trabajado? "De todo, no como otros políticos. En el aeropuerto con las maletas, de azafato en el cine...".
En su entrevista con El Mundo, Baquero asegura que se presentará a elecciones en el futuro. "La izquierda necesita otro referente", concluye.