Estafa china: Alemania recibió 11 millones de mascarillas que son "una basura"

El cargamento resultó lleno de mascarillas o “nasobucos” con los filtros en mal estado y las cintas rotas. Alemania se suma a la lista de países que cayeron engañados por productos chinos, en la que ya están España, Canadá y Holanda, entre otros
Fábrica de mascarillas en China. Foto: TPG/Getty Images
 

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La poderosa Alemania es la más reciente nación estafada con accesorios chinos de salud, defectuosos o completamente inservibles, una lista de afectados que incluye casi una decena de países. En Berlín denunciaron que un lote de once millones de mascarillas sanitaras recibidas recientemente no sirven para combatir la COVID-19.

En medio de la tragedia mundial por la pandemia del coronavirus, el régimen y las compañías de China se apresuraron a obtener rédito como pescadores en río revuelto. De 10 millones de unidades al día se pasó a 115 millones, y el gobierno se apresuró a expedir licencias a fábricas de implementos sanitarios que vieron elevadas sus ventas en todo el mundo.

Mientras la propaganda del Partido Comunista circula mensajes que enfatizan la idea de desunión entre las naciones europeas durante la crisis, e incluso alentaron el pánico en Estados unidos, sus voceros elogian la “diplomacia de donación” de China.

Andreas Scheuer, ministro de transporte alemán llevaba semanas hablando de la efectividad de la operación para llevar a su país una primera partida de mascarillas, transportadas en vuelos de la línea aérea Lufthansa. Era la primera entrega de un total de 100 millones de máscaras sanitarias.

La mercancía bien podría valer su peso en oro, pues este tipo de accesorios se convirtió en un bien de primera necesidad en un planeta que ya cuenta en millones los casos confirmados y en más de 209 mil las muertes por la COVID-19. Los países entraron en una especie de “guerra” comercial para asegurarse suficientes reservas de mascarillas, así como de pruebas y otros implementos médicos.

Pero Berlín, por ahora, poco sacará de esta operación, pues las mascarillas que llegaron de China resultaron ser “una basura”, según informa el diario alemán Der Spiegel.


El medio cita al dueño de la empresa importadora, una compañía que usualmente se dedica a la ropa deportiva, y que dijo los “nasobucos” llegaron con los filtros en mal estado y con las cintas rotas.

“Todas basura”, afirmó la fuente sobre unos 11 millones de mascarillas.

“La compra de productos chinos para el combate al nuevo coronavirus se ha convertido en un dolor de cabeza para varios países de Europa”, reconocía BBC a inicios de este mes.

El medio británico se refería sucesos como el escándalo por los test rápidos de coronavirus comprados en China, pues varios laboratorios de microbiología en España informaron que las pruebas adquiridas por ese país al gigante asiático tienen una sensibilidad del 30% cuando deberían superar el 80%. En definitiva, España devolvió 650 mil tests rápidos y no fue la única estafada.

También Turquía y República Checa recibieron decenas de miles de kits de diagnóstico rápido que desecharon por inservibles, mientras que Holanda tuvo que retirar rápidamente miles de mascarillas que distribuyó entre personal de sanidad porque no protegían contra el virus.

Eslovaquia, Malasia y Filipinas han tenido problemas similares, por lo que Alemania no es más que “otra raya” en la larga lista de estafados.

Canadá también cayó por estos días. Este fin de semana el Departamento de Salud de ese país reveló que un millón de mascarillas KN95 adquiridas a China resultaron defectuosas al no cumplir las normas federales de calidad para su uso contra el coronavirus y, por lo tanto, no se distribuyeron entre el personal sanitario.

“Se descubrió que esa importante cantidad de mascarillas pedidas a China están por debajo de los estándares de protección necesarios para combatir el COVID-19”, afirmaron desde el gobierno al periódico local Globe and Mail.

 

 

“Canadá se enfrenta a la competencia de países de todo el mundo por equipos médicos de protección en este momento”, afirmó el Departamento de Salud, y agregó que Ottawa a veces “se ve obligada a comprar equipos vitales de proveedores desconocidos”.

España tropezó otra vez con la piedra china y la semana pasada el Ministerio de Sanidad ordenó a las comunidades autónomas que retiren una partida de más de 140 mil mascarillas después de que el Ministerio de Trabajo y Economía Social haya avisado que no cumplen con la normativa europea.

El producto defectuoso está identificado como mascarillas FPP2 de la empresa Garry Galaxy, una firma que se encuentra entre los proveedores del Ministerio de Sanidad de España, y que figura en el listado de fabricantes de material sanitario autorizados por China.

“Un par de lotes de mascarillas de un proveedor autorizado, presentaba dudas. Fueron analizadas y un lote cumplía los requisitos y otro presentaba problemas, por lo que se ordenó su retirada”, anunció el ministro de Sanidad español, Salvador Illa.

Según informó TVE, el resultado del estudio indicó que las mascarillas contenidas en envases verdes no cumplían con ninguna clasificación indicada en la norma ‘UNE-EN 149:2001+A1:2010’. Las mascarillas llevan marcado N95 y código de barras 6 972306 630042. 

China ha exportado a medio centenar de países, desde principios de marzo, casi 4 mil millones de mascarillas que se utilizan para impedir que entre la cepa de coronavirus en el organismo. Además, más de 37 millones de trajes protectores, 16 mil respiradores y 2,84 millones de kits de diagnóstico de la COVID-19, según Jin Hai, una responsable de los servicios aduaneros citada por Infobae.

Pese a la disminución de casos en su territorio, el régimen de Beijing instó a las fábricas a aumentar la producción de equipos médicos en momentos en que otros países se enfrentaban a la falta de materiales.

 

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