Cómico escapa de Rusia tras ser investigado por sus bromas sobre Putin

El vídeo del monólogo jocoso de Alexánder Dolgopólov en un pequeño club de San Petersburgo fue colgado en Youtube y ya lo han visto más de 2,87 millones de personas
Alexánder Dolgopólov
 

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Alexánder Dolgopólov, un cómico de 25 años que solía llenar clubes y teatros rusos con sus simpáticos monólogos, ha huido de Rusia, luego de que la policía haya comenzado a indagar sobre él y a investigar una de sus actuaciones del año pasado, donde el joven bromea sobre el presidente Vladímir Putin, y sobre el credo católico.

Su abogado ha confirmado la huida, y su agente declaró que se ha suspendido la venta de entradas a las actuaciones que tenía programadas en Moscú y otras ciudades.

En febrero de 2019, en el Hop Head, un pequeño pub de su ciudad, San Petersburgo, Dolgopólov hizo reír a un público compuesto por varias decenas de personas. Eran pocas, pero esa actuación se grabó y meses después apareció en YouTube. Hasta ahora, el vídeo, titulado “Alexánder Dolgopólov - Nueva hora de bromas” lo han visto más de 2,87 millones de personas.

Pero el vídeo también llamó la atención de la Policía. Un habitante de la provincia de Moscú al que no gustaron las bromas religiosas alertó al departamento del Ministerio del Interior de la ciudad de Oréjovo-Zúyevo. Desde esa oficina enviaron una carta oficial al pub de San Petersburgo pidiendo “información completa sobre la persona que aparece en el vídeo” y, según la prensa local, este miércoles la policía le estaba buscando para interrogarle. La policía ha confirmado que lo está investigando.

El denunciante sintió insultados sus sentimientos religiosos por los comentarios del monologuista, quien podría haber incurrido en un delito contemplado en la ley rusa.

Rusia convirtió en delito los ataques contra las sensibilidades religiosas en 2013, al aprobar una ley muy criticada por oenegés y activistas de derechos humanos. Esta legislación comenzó a gestarse después del escándalo que en 2012 protagonizaron varias integrantes del grupo de rock-punk Pussy Riot, que entraron sin permiso en la catedral ortodoxa de Cristo Salvador de Moscú para actuar junto al altar con una canción-plegaria en la que pedían a la Virgen María que librase a Rusia de Putin. Dos de ellas pasaron casi dos años en prisión. La ley contempla penas para los culpables de hasta tres años de privación de libertad.

El cómico, que supo de las pesquisas policiales por el organizador del espectáculo en el Hop Head, cree que todo esto está relacionado más con sus bromas sobre política, incluidas las que se referían a Putin.

En una declaración jocosa, Dolgopólov dio a conocer el martes sus problemas con la policía en un vídeo Instagram. “¡Chavales, os felicito a todos, lo hemos logrado! Mi carrera ha alcanzado un nuevo nivel. Hace dos años me perseguían los canis de la aldea, ahora la caza la organiza todo el Estado”, dice a sus seguidores. Pero más tarde, en su cuenta de YouTube, se pone más serio: “No sé lo que está pasando. Tengo miedo, estoy enfadado, pero no sorprendido. Dudo que la policía quiera saber dónde vivo para hacerse una selfie conmigo. Obviamente, no se puede esperar nada bueno”.

En su actuación del Hop Head, que duró poco más de una hora, la mayoría de las bromas fueron sobre costumbres sociales de la actualidad, y muchísimas sobre sí mismo. Pero también se metió varias veces con la política. “Si Putin emite un decreto para que todos los rusos se lancen a la lava, estos dirán: ‘Oh, Dios mío, ¿pero dónde encontramos la lava? No la tenemos en el patio. ¿Qué debemos hacer, oh sabio líder nuestro?”, bromea en una ocasión. “Nuestra población se divide en dos campos. En una parte, están los que apoyan a Putin; en otra, aquellos que saben leer, escribir y llegar a conclusiones lógicas”, dice después.

En su mensaje de Instagram, afirma: “Putin debe de haber visto mi actuación y soltó a sus perros de presa para que olfateen todo sobre mí”.

El agente de Dolgopólov, Armén Gandilián, asegura no saber qué es lo que ha molestado a las autoridades del vídeo de YouTube. “Lo que da miedo es que no se dirigieran directamente a nosotros, sino que empezaran a recopilar información en secreto”, ha dicho en el portal TJournal.

 

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