Una investigación periodística realizada por medios internacionales identificó a una mujer rusa que se infiltró durante años como espía en la base de la OTAN en Nápoles.
La mujer, quien decía llamarse "María Adela Kuhfeldt Rivera" y afirmaba haber nacido en el puerto del Callao (Perú), se presentaba como una socialité dedicada a la joyería de alta factura, según La Repubblica (Italia) y Der Spiegel (Alemania).
Los citados medios describieron a la espía cómo una "treintañera cosmopolita y segura de sí misma que habla seis idiomas", lo que le habría permitido entrar en los círculos de personalidades de Nápoles, funcionarios de la base de la OTAN en la ciudad italiana, e incluso entablar vínculos con la Marina de Estados...